LA OTRA VÍA DE ENTRADA POR EL MEDITERRÁNEO

La 'Lampedusa' griega

Un grupo de inmigrantes originarios de Bangladés desembarcan en una playa de Kos tras horas de travesía desde Turquía.

Un grupo de inmigrantes originarios de Bangladés desembarcan en una playa de Kos tras horas de travesía desde Turquía.

JAVIER TRIANA / KOS

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Las tumbonas y las sombrillas aún duermen mientras amanece en la playa de Lambi, en la isla griega de Kos. Varios botes hinchables pinchados decoran la orilla, a la que intenta llegar un bote de inmigrantes que se divisa a lo lejos. Alguno bracea a bordo para ayudar a los dos remeros que dirigen la barca. Ocho horas de travesía después, 14 bangladesís desembarcan en la arena, entre eufóricos y exhaustos. Han llegado a Europa.

A otras lanchas que lo intentan poco después, el operativo de la Agencia para la Gestión de Fronteras Externas de los Estados Miembro de la Unión Europea (Frontex) les ahorra parte del esfuerzo: una patrullera italiana las intercepta y lleva a los ocupantes al puerto de la ciudad. Allí, proceden a registrarlos y los entregan a la policía local, que se encargará de tramitar un salvoconducto válido por entre uno y seis meses de estadía legal en Grecia, hasta su solicitud de asilo. Un documento que muchos utilizan para continuar su viaje hacia el norte de Europa por la ruta que atraviesa MacedoniaSerbia Hungría.

Cada día, cientos de inmigrantes parten de Bodrum, en Turquía, hasta la cercana Kos, separadas por tan solo cuatro kilómetros, en un canal en el que soplan fuertes vientos. Las islas griegas del Dodecaneso se han convertido en uno de los principales puntos de entrada en la Unión Europea (UE). Son la 'Lampedusa' griega. Los datos de Frontex detallan que la llamada «Ruta del Mediterráneo Oriental» (con procedencia mayoritaria desde Turquía y con Grecia como destino habitual) es la que más cruces ilegales ha registrado entre enero y junio del presente año: 79.286 personas. Casi 12.000 personas más que las registradas por la misma agencia en la más conocida ruta entre Libia Italia, usada habitualmente por subsaharianos.

HUYENDO DE LA GUERRA

La policía y los guardacostas griegos apuntalan la cifra con la muestra de una tendencia: el aumento de cruces ilegales por mar desde Turquía hacia Grecia entre los meses de enero y mayo del presente año, respecto al mismo período del anterior, es del 599,76%. Quienes usan esta ruta son mayoritariamente asiáticos huyendo de la guerra y el terrorismo: sirios, iraquís, afganos, paquistanís...

El director del Centro de Investigación de Migraciones de la Universidad de Koç (Estambul), Ahmet Içduygu, destaca la supuesta laxitud en el control fronterizo de Turquía, el país que más refugiados acoge del mundo (más de dos millones). «A principios de este siglo, las fuerzas de seguridad turcas detenían a cerca de 100.000 personas al año. Cuando las relaciones entre la UE y Turquía iban bien, en cuanto a la negociación de su ingreso, Ankara era muy cuidadosa en su gestión migratoria», explica a este diario. «Pero desde que se atascaron -continúa- y se sumaron las crisis en Afganistán, Irak Siria, vuelve a haber un incremento en los números de inmigrantes irregulares» a través del país.

El experto precisa asimismo que las mafias de tráfico de personas no son los únicos mecanismos usados por los inmigrantes. «También se tejen redes familiares o de amigos. Moverse de un país a otro es difícil [de manera ilegal], pero no imposible», incide Içduygu. «Estas redes funcionan y no son siempre criminales».

DESAMPARO

Y una vez salvado el escollo fronterizo, ¿qué situación se encuentran en la isla de Kos? Una de desamparo institucional, ya que las autoridades griegas están desbordadas con el flujo. Más allá del citado permiso temporal y de atención puntual para casos graves en el hospital público, este vacío lo tapa un parche insuficiente compuesto por voluntarios y oenegés.

Entre ellas destaca Médicos Sin Fronteras (MSF), que cuenta con un operativo de 14 personas para el Dodecaneso con base en Kos, y que también incluye un pequeño barco-clínica itinerante por las islas de alrededor. «Lo que vemos es que la política europea se centra en seguridad y contención, y no en asistencia humanitaria y provisión de seguridad para esta gente. Lo mínimo es que les traten como humanos, con acceso a sanidad, agua, cobijo...», destaca el coordinador de MSF, Vangelis Orfanoudakis.

DONACIONES DE ALIMENTOS

En respuesta a la emergencia ha surgido en la isla el movimiento de voluntarios Kos Solidaridad, que distribuye alimento entre refugiados. Además de los recursos que aportan los miembros, también cuentan con donaciones de comida por parte de los numerosos hoteles de la turística isla, unas aportaciones que se han visto reducidas drásticamente desde la puesta en vigor del control de capitales en Grecia.

Kos es solo un precario islote de paso, adonde mañana al amanecer volverán a llegar cientos de refugiados en barcas hinchables a remo, citados hoy al caer el sol en la costa turca por un traficante para que continúen su camino.