CRISIS INSTITUCIONAL EN ARGENTINA

Kirchner cambia el guion

Dos mujeres sostienen pancartas pidiendo justicia frente a la AMIA, en Buenos Aires, este miércoles.

Dos mujeres sostienen pancartas pidiendo justicia frente a la AMIA, en Buenos Aires, este miércoles.

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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«Las cosas se ponen cada vez más extrañas». La frase podría pertenecer a cualquier espectador desconcertado por la serpenteante dirección de una serie policial en el que no se sabrá hasta el final quién ha sido el autor o instigador de un crimen. Pero las palabras pertenecen al secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, y tienen que ver con la muerte de Alberto Nisman. El Gobierno ya no cree que se haya quitado la vida el fiscal que había acusado a Cristina Fernández de Kirchner de «organizar la impunidad de los prófugos iranís» involucrados en la causa en la que se investiga el bombazo contra la mutual de la colectividad judía (AMIA) que mató 85 personas el 18 de julio de 1994.

«Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio», escribió la jefa de Estado. La presidenta volvió a elegir a su cuenta en Facebook como tribuna especulativa para referirse a la peor crisis institucional de este Gobierno. El publicista Jaime Durán Barba, asesor del alcalde capitalino, Mauricio Macri, la esperanza blanca de la derecha en los comicios presidenciales de octubre, no se privó de hablar de un «Megacaso Watergate», en relación al escándalo que obligó a Richard Nixon a abandonar la Casa Blanca.

Días atrás, Fernández de Kirchner había escrito la palabra «¿suicidio?» con signos interrogantes. Ya no utiliza esos signos gráficos después de que no se encontrara pólvora en las manos del fiscal, se supiera que la puerta de servicio de su apartamento no estaba celosamente cerrada y salieran a luz otros indicios. «De ¿por qué se mató? a ¿quién lo mató? El misterio Nisman está cambiando de significado», escribió el columnista Carlos Pagni, del diario 'La Nación'. Para el diario 'Clarín', el gran partido opositor de Argentina, hubo un «dramático giro de Cristina».

Una encuesta de la consultora Ipsos da cuenta de que un 70% de los consultados no creen en la hipótesis del suicidio de Nisman. La fiscal Viviana Fein, a cargo de la causa, la calificó ayer de «muerte dudosa». Fein sostuvo que el hallazgo de huellas en el sector de aire acondicionado lindero al apartamento «no significa de manera categórica que alguien haya ingresado» por allí. Sobre las conjeturas que formula la presidenta en las redes sociales, respondió: «Ella es libre de pensar como cualquier ciudadano. Puede pensar que fue un suicidio, haber sido una inducción o un homicidio o variar su postura». La oposición, en cambio, ya le reclama que tome decisiones. El precandidato presidencial de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz, la conminó a echar a todos los responsables del área de Seguridad.

INFORMACIÓN PROFESIONAL

El periodista del portal Infobae América, Laureano Pérez Izquierdo, afirmó este jueves haber recibido un sobre de Alberto Nisman el pasado  sábado. La carta, explicó, había sido enviada por un asistente del propio fiscal y contenía «información profesional» vinculada con la causa AMIA, pero Pérez Izquierdo se deshizo de ese material, sin saber que, horas después, Nisman estaría muerto.

¿Qué había en ese sobre? Muchos creen llegar a la verdad por los medios más insólitos. Un rabino, Aharón David Shlezinger, avisó en las redes sociales que «en la Torá hay indicios y tenemos nuestra mente para poder coordinar sus misterios. Aquí no hay nada de profecía ni espíritu de santidad, porque en esta época no lo tenemos. Son solo deducciones». Dijo que el nombre de Nisman aparece en ese texto sagrado en forma codificada en Génesis 47:29, salteando 77 letras. Y eso, hizo saber, puede arrojar luz al caso.

COMISIÓN PARLAMENTARIA

El contenido completo de la denuncia que el fiscal debía ratificar ante una comisión parlamentaria fue divulgado por orden del Tribunal Supremo. No había, en esas 290 hojas, información explosiva. El texto fue un verdadero fiasco. Los espías que el fiscal consideraba como datos probatorios contundentes no eran más que extorsionadores y fabuladores. Nisman ya había sido desautorizado por Interpol y el juez de la causa AMIA. Pero su deceso cambió radicalmente la escena política.

«La denuncia del fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del fiscal después de acusar a la presidenta, a su canciller», escribió Cristina Kirchner.