Guerra en el este de Europa

Kiev pide ayuda militar tras acusar a Rusia de invadir su territorio

OPERACIÓN MILITARColumnas de blindados y camiones rusos ayer en Krasnodarovka, cerca de la frontera.

OPERACIÓN MILITARColumnas de blindados y camiones rusos ayer en Krasnodarovka, cerca de la frontera.

EL PERIÓDICO
KIEV

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La guerra en Ucrania ha dado un vuelco en las últimas horas después de que los rebeldes separatistas se hayan hecho con el control de la estratégica ciudad costera de Novoazovsk, en la región de Donetsk, y mantengan en jaque la de Mariupol, dotada de un puerto también de vital importancia. En los combates registrados en la zona, al sudeste del país, participaron soldados rusos, según denunció el Gobierno de Kiev, que calificó la acción militar de «invasión directa» en su territorio.

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, habló abiertamente de «despliegue de tropas rusas en Ucrania» y solicitó la reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y la UE. «Entraron columnas con material militar pesado, un gran número de armas y tropas de unidades regulares», denunció Poroshenko. Según Kiev, los soldados rusos penetraron desde las «localidades de Maxímov y Veselo-Voznesensk, en la región de Rostov de la Federación Rusa».

El primer ministro del Gobierno de Kiev, Arseni Yatseniuk, acusó directamente a Rusia de «desatar una guerra en Europa» y pidió al mundo tomar «medidas efectivas». «Hay que cancelar los activos y los recursos financieros (de Moscú) hasta que Rusia saque a sus fuerzas armadas y armamento del territorio de Ucrania. Kiev solicitó una «ayuda militar de envergadura» para hacer frente al desafío de Moscú. «Necesitamos armamento moderno y de alta tecnología», dijo el presidente ucraniano.

El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que Washington «no emprenderá acciones militares para resolver el problema de Ucrania». Obama afirmó que todo el mundo puede ver como las fuerzas rusas están en Ucrania y  advirtió de que la actitud de Moscú tendrá para Rusia «costos adicionales». Obama recibirá al presidente ucraniano en la Casa Blanca en septiembre.

EQUIPOS SOFISTICADOS / La OTAN calculó ayer en más de mil los militares rusos que combaten en Ucrania. «Operan con equipos sofisticados, dan consejos a los separatistas y avanzan hasta 40 o 50 kilómetros en territorio ucraniano», afirmó una fuente de la OTAN. Según la misma fuente, la contraofensiva de los insurgentes ha logrado abrir un tercer frente - junto al de las ciudades de Donetsk y Lugansk- lo que sitúa a las fuerzas ucranianas en «una situación terrible». Poroshenko, sin embargo, restó importancia al avance de los rebeldes al afirmar que la situación es lo «suficientemente controlable como para que no caigamos presa del pánico». Desde que estalló el conflicto armado, el pasado mes de abril, la guerra ha causado la muerte a cerca de 2.200 personas.

Moscú negó la presencia de soldados en el país vecino, a pesar de que en la última semana han sido capturados 11 militares rusos en territorio ucraniano. «La información no tiene nada que ver con la realidad», aseguró el general Ígor Konashenkov. El primer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, el aliado de Moscú Alexander Zakharchenko, afirmó ayer a un canal de televisión ruso que junto a sus fuerzas combaten entre 3.000 y 4.000 militares rusos, pero todos en condición de voluntarios. «Entre nosotros hay soldados rusos que han empleado sus vacaciones no para ir a la playas sino para combatir con nosotros, sus hermanos», afirmó. Ayer fuego artillero mató a 15 civiles en la ciudad de Donetsk.

PROCESO DE PAZ / El aumento de la tensión se produce dos días después de que Poroshenko se reuniera con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Minsk.  Ambos acordaron trabajar juntos para lanzar un proceso de paz. La contraofensiva de los separatistas  obligó ayer a Poroshenko a suspender el viaje oficial que tenía previsto llevar a cabo a Turquía.

La presunta presencia rusa en Ucrania ha irritado a los líderes europeos. El primer ministro británico, David Cameron, la calificó de «inaceptable». En similares términos se pronunciaron el presidente francés, François Hollande, y la cancillera alemana, Angela Merkel,