Robo de bebés durante la dictadura argentina

La justicia argentina condena otra vez a cadena perpetua al exdictador Jorge Videla por apropiación de hijos de desaparecidos

Otros represores recibieron penas de 40 a 15 años de cárcel

Videla (izquierda) y Bignone esperan a escuchar la sentencia, ayer.

Videla (izquierda) y Bignone esperan a escuchar la sentencia, ayer.

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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La justiciaargentinacondenó nuevamente este jueves al exdictadorJorge Videlaa prisión perpetua por uno de los hechos más escabrosos del régimen militar que encabezó tras el golpe de Estado de marzo de 1976: elrobo de hijos de desaparecidos que nacieron en las maternidades clandestinas de los campos de concentración.

El fallo del Tribunal Oral Federal Nº6 es histórico, y así se reflejo en los familiares de las víctimas, en los hijos de desaparecidos que recuperaron su identidad, en las abuelas que los buscaron a lo largo de décadas y que hoy tienen más de 80 años y pudieron vivir para escuchar la sentencia. Además de Videla, quien también recibió otra condena a prisión en cárcel común de 50 años, fueron condenados otros símbolos de la represión ilegal.

Condenas

El marino Antonio Vañek fue sentenciado a 40 años de prisión, Jorge 'El Tigre' Acosta, a 30 años, el temible Santiago Omar Riveros, a 20 años. Reynaldo Bignone, el último de los dictadores, quien intentó anmistiar a todos los responsables de violaciones a los derechos humanos, y que también ya purga una condena a prisión perpetua, fue condenado a 15 años.

Para el Tribunal Oral Federal Nº6 no hubo duda: la "sustracción, retención, ocultamiento y sustracción de identidad" de cientos de menores fue parte de un "plan sistemático de aniquilación de la población civil", cuyos efectos todavían no se han disipado: muchos niños no han sido encontrados. La justicis se centró en 35 de los más de 400 casos de apropiación ilegal. Veintiocho de los hechos episodios investigados tienen que ver con personas que recuperaron su identidad gracias al empecinado trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Dos de esas personas son en la actualidad diputados, Victoria Donda y Juan Cabandié. Sus madres dieron a luz en la tenebrosa Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Triunfo colectivo

"La sentencia es un triunfo colectivo", dijo Donda, quien es legisladora de la oposición de centroizquierda. En 1997, cuando estaban en vigencia las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que habían clausurado la posibilidad de juzgar a los represores, los organismos de derechos humanos encontraron un resquicio legal para volver a procesar a los militares: el robo de bebés es un delito imprescriptible. Un año más tarde, Videla, que había sido anmistiado en 1991, volvió a ser encausado. La justicia pudo acelerar sus tiempos cuando el Tribunal Supremo anuló las leyes de impunidad, en el 2006.

El juicio que concluyó este jueves permite conocer en detalle qué sucedió en las distintas maternidades clandestinas que funcionaron en los campos de concentración. La sentencia fue seguida en medio de escenas de alta emotividad. "De las dictaduras del Cono Sur lo que pasó acá respecto de la apropiación de niños no tiene antecedentes", dijo Alan Iud, del equipo jurídico de Abuelas.

Situaciones macabras

No faltaron en estos últimos días las situaciones macabras. Videla, el dictador principal, no tiene ningún ápice de remordimiento. Meses atrás reconoció en una entrevista al periodista Ceferino Reato, publicada en el libro 'Disposición Final', que la dictadura mató a más de 7.000 personas. Videla tiene más de 80 años. Durante décadas se mantuvo en un silencio confesional. Este año se ha vuelto tan locuaz como despiadado en sus definiciones. Al hacer uso de la palabra, dijo que las embarazadas capturadas por las 'patotas' militares "usaron a sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de operar como combatientes".