Juncker: "Nunca contemplé el 'Grexit' del euro, no voy a considerar ahora el Grexit de Schengen"

El presidente de la Comisión Europea urge a los líderes de la UE a reaccionar en la próxima cumbre del 18 y 19 de febrero

Jean Claude Juncker.

Jean Claude Juncker. / hos jak CDV

SILVIA MARTINEZ BRUSELAS

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El debate sobre el futuro del espacio de libre circulación de Schengen se ha convertido en el día de la marmota. Todo el mundo repite por activa y por pasiva que se trata de uno de los retos más importantes al que se enfrenta la Unión Europea y que para afrontarlo el control de la frontera exterior de Grecia es clave. Bruselas ha propuesto ya medidas para reforzar esa vigilancia.El presidente de la Conmisión Europea, Jean-Claude Juncker, insiste en que no se trata de aislar a Grecia. “Nunca contemplé el Grexit del euro, no voy a considerar ahora el Grexit de Schengen”, ha insistido ante el pleno del Parlamento Europeo.

Aunque a juicio del político democristiano luxemburgués se ha dicho ya todo que podía decirse sobre este asunto, es evidente que queda mucho trabajo por hacer. “Debemos reaccionar. No hay que enorgullecerse de nuestra actuación colectiva. Esta crisis se está convirtiendo en una crisis de la solidaridad europea cuando sería necesaria una mayor unión”, ha proclamado durante un debate consagrado a analizar los dos grandes asuntos que dominarán la próxima cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno prevista para el 18 y 19 de febrero.

Cansado de las acusaciones mutuas de inacción, insiste en que la solución está en las reglas de Schengen porque este espacio solo se salvará si se cumplen las normas. Por eso, dice, el mecanismo de evaluación de Schengen sigue siendo una prioridad. “No para castigar cuando se constata una deficiencia -como ocurrió en noviembre pasado en el caso de la frontera exterior de Grecia- sino para adoptar medidas correctoras. No se trata de aislar a Grecia. Eso no tiene sentido. No se trata de estigmatizar sino de ayudarle a resolver los fallos de su sistema y eso está haciendo la Comisión”.

Juncker ha aprovechado los micrófonos del Parlamento Europeo para volver a afear a los gobiernos europeos sus reticencias a aplicar las medidas ya aprobadas y a acelerar las nuevas propuestas. “No servirá de nada si el resto no aplican lo decidido”, subrayaba poniendo el foco en la repatriación de los inmigrantes que no cumplen los criterios para solicitad la protección internacional, el plan de acción para Turquía y los 3.000 millones acordados, y la financiación de los fondos creados para apoyar a África y a Siria. Sobre este último recordado que Bruselas ya confinancia convoyes humanitarios hacia Madaya. “Mientras la comunidad internacional no pueda poner fin a la guerra en Siria tendremos que vivir con sus consecuencias”, ha advertido.

En líneas generales, sus palabras eran acogidas con asentimiento entre las filas de los conservadores, socialistas y liberales y más llamamientos a los gobiernos para actuar. “Hay que dejar de poner en el banquillo de los acusados a Grecia y Grecia tiene que dejarse ayudar”, reivindicaba el socialista alemán Knut Fleckenstein. “Hace 15 días el Consejo señaló que solo teníamos dos meses para resolver el problema. Han pasado 2 semanas, la cuarta parte de la cuenta atrás. ¿Ha habido cambios, ha habido avances, se han aplicado las medidas adoptadas? La respuesta es no”, lamentaba el español Enrique Guerrero. Desde la bancada euroescéptica y la ultraderecha, lo esperado. Ataque frontal a Schengen y proclamaciones de que este espacio “ha muerto”, sentenciaba el holandés Olaf Stuger.