DEBATE SOBRE EL FUTURO DE EUROPA

Juncker propone una riada de inversiones y más seguridad para combatir el desencanto europeo

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. / periodico

SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

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Cuando Jean-Claude Juncker compareció hace un año en el tradicional debate sobre el Estado de la Unión que abre el curso político en la Unión Europeala crisis migratoria estaba en pleno apogeo y el proyecto atravesaba por sus horas más bajas. Un año después, el presidente de la Comisión Europea admite que la situación ha mejorado poco, que siguen inmersos en una "crisis existencial", con gobiernos debilitados por el auge del populismo y una brecha que ahora aboga por superar con una riada de millones -duplicando hasta los 630.000 millones el fondo estratégico de inversiones-, un refuerzo de la seguridad en toda Europa y una propuesta para resolver las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos.

A dos días de una nueva cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, esta vez sin el Reino Unido, el debate llega en uno de los momentos más difíciles para Europa. Con la crisis migratoria sin resolver, la amenaza terrorista muy presente, la economía sin coger una velocidad de crucero y una salida británica de la UE, tras la victoria del 'no' en el referéndum del 'brexit', que ha dejado muchas incertidumbres sobre el futuro europeo. A esto se suma el caos político en alguno de los grandes países como España o los procesos electorales abiertos en muchos países –como Holanda, Francia y Alemaniadonde los partidos de ultraderecha y movimientos xenófonos siguen cobrando fuerza.

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“Algunos sospechan que nos encontramos en una crisis existencial de la UE”, advertía Juncker durante su intervención ante un pleno de la Eurocámara que le demostraba sintonía con aplausos en varios momentos del discurso. Aunque en esta ocasión Juncker optaba por no apuntar con el dedo a los gobiernos europeos, sí ha lamentado que sigan dando prioridad a sus intereses nacionales. “La integración europea no se puede hacer en sacrificio de los intereses nacionales. La UE no puede ser una fuerza de integración descolorida. Necesitamos la pluralidad europea. Por mucho que se afirme lo contrario, nosotros no queremos hundir la posición nacional. No queremos destruir nada. Somos constructores natos. No queremos más Europa, sino una Europa mejor. Europa no se está convirtiendo en un Estado gigantesco. No queremos ser un Estado unitario”, recordaba.

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Un mensaje que piensa transmitir en todas las capitales europeas enviando en las próximas semanas a sus comisarios a debatir sobre Europa. “Tenemos que terminar con la cantinela de que el éxito es nacional y el fracaso es europeo. Hay que explicar mejor Europa”, proclamaba en un discurso con un tono más positivo que en ocasiones anteriores y sin referencias a la austeridad.

ALERTA POR EL POPULISMO

Y es que Juncker es muy consciente de que el populismo está abriendo grietas en el proyecto europeo -“el populismo no resuelve los problemas, los crea y por eso tenemos que defendernos”- y ha cerrado su intervención de una hora haciendo un alegato a favor de la unión y en contra de la desunión que vive la UE hoy en día. “Nuestros hijos merecen algo mejor. Una Europa que preserve su forma de vida, que los defienda y proteja. Es hora de que asumamos la responsabilidad de construir esta Europa y que la construyamos juntos”, defendía. "La historia no se acordará de nosotros, pero sí de nuestros errores. No nos convirtamos en los culpables de errores que hayan puesto fin al sueño europeo", reivindicaba.

JÓVENES Y SOLIDARIDAD

Para evitar el fracaso del proyecto europeo, su plan para los próximos 12 meses incluye una hoja de ruta con propuestas concretas para impulsar el capítulo de inversiones movilizando más dinero para el conocido como 'plan Juncker' -630.000 millones hasta el 2022- reforzando la seguridad con la creación de un registro de entradas y salidas al estilo del que ya tiene Estados Unidos para saber quién quiere viajar a la Unión Europea antes de que llegue y con planes que demuestren a los ciudadanos europeos de que Europa merece la pena.

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Por ejemplo, en el centro de sus preocupaciones, los jóvenes y la solidaridad europeas. “No aceptaré que la generación de los jóvenes sea la primera en 70 años que será más pobre que sus padres”, advertía. Respecto a lo segundo, propone crear un cuerpo de voluntarios europeo y anuncia que “en las próximas semanas” presentarán propuestas para terminar con el 'roaming'. Aunque los grandes grupos de la Eurocámara, Populares, Socialistas o Liberales, han aplaudido su planteamiento, a juicio de los euroescépticos y conservadores británicos las propuestas esconden “las mismas viejas ideas”.