Presión a la novia de Nemtsov

Con la inquietud dibujada en el rostro, y contestando en ocasiones solo con monosílabos, Anna Durítskaya, la joven modelo, novia del asesinado oponente ruso Borís Nemtsov, de nacionalidad ucraniana, rompió ayer su silencio para denunciar que estaba siendo presionada y que no se le permitía abandonar el territorio de la Federación Rusa. Durístkaya declaró no haber visto al asesino de su pareja ni constatado nada sospechoso cuando se reunió con el oponente en un café de los GUM, los lujosos grandes almacenes de la plaza Roja, con vistas a las murallas del Kremlin y al mausoleo de Lenin, ni tampoco en las horas previas a su encuentro.

«No pienso nada; no sé cómo el asesino se acercó; estaba detrás de mí», declaró a la cadena de televisión opositora por internet Dojd. Lo único que recuerda es un coche huyendo del lugar cuando se dió la vuelta. Tras el tiroteo, se acercó a otro coche que pasaba en ese momento para pedir el número de teléfono de la policía. «Los investigadores me interrogan, pero no me dicen cuando seré libre ni porqué me retienen; se me dice que es por razones de seguridad», continuó. En referencia al asesinato de su pareja, lo único que descartó de plano es que los celos por tener una guapa novia 30 años más joven que él hayan sido el móvil del asesinato, tal y como han especulado los medios de prensa afines al presidente ruso Vladímir Putin.

Salir de Rusia

«Tengo todo el derecho de abandonar el territorio de la Federación Rusa; he cumplido con todo lo que se requiere de un testigo; no entiendo qué más puedo hacer y porqué no me permiten regresar a mi país», continuó. La joven modelo, que dice hallarse hospedada «en el apartamento de un amigo en Moscú», reconoció estar en un estado psicológico «muy difícil» y «sentirse mal».

Desde Kiev, Inna, la madre de Anna, declaró a AFP temer por la «seguridad» de su hija. «Tengo miedo de que se la acuse de asesinato simplemente porque tienen necesidad de una pista ucraniana; todo puede ser inventado», advirtió. Inna Durítskaya afirmó que los investigadores rusos querían vincular el asesinato de Borís Nemtsov a la crisis ucraniana. «Temo que hagan de ella una segunda Nadia Savtchenko», subrayó, en referencia a la piloto ucraniana encarcelada en Rusia y en huelga de hambre. Los investigadores acusan a Savtchenko de la muerte de dos periodistas rusos, aunque ella insiste en que los cargos son inventados. «Mi niña se encuentra en un estado psicológico muy difícil; me llama envuelta en lágrimas», relató.