LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

John Kasich, el candidato sensato

Kasich sirve café a los clientes en un restaurante de Manchester (Nuevo Hampshire), este martes.

Kasich sirve café a los clientes en un restaurante de Manchester (Nuevo Hampshire), este martes. / periodico

IDOYA NOAIN

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Tras el debate entre los aspirantes republicanos del sábado en Nuevo Hampshire, ese en el que el escenario del Saint Anselm College parecía un cuadrilátero, solo uno de los siete aspirantes parecía empeñado en no meterse en la pelea, no enfangarse, no entrar en el juego de golpes, ya fueran estos altos o bajos. Era John Kasich, el gobernador de Ohio, un candidato que se ha jugado todas sus bazas en las primarias de Nuevo Hampshire y en la fe de que a los votantes, republicanos o indecisos, aún les queda algo de cordura en un año loco, y que hay hambre por la moderación y la sensatez.

“Prefiero hablar de las cosas buenas, no quiero denigrar a nadie”, explicaba Kasich un par de días después del combate-debate en su último acto de campaña antes de las primarias de este martes, un 'town hall' en el restaurante Derryfield de Manchester que representaba su encuentro número 106 cara a cara con los votantes del estado de granito. “Si tenemos buenos resultados nos estudiarán, analizarán si una campaña positiva puede funcionar”, comentaba entre orgulloso y esperanzado ante cerca de un centenar de personas.

Kasich no ha reunido a las masas de Donald Trump ni ha generado el enfervorecido entusiasmo que estos días se ha visto también en los actos de Ted Cruz o Marco Rubio. Esa, no obstante, no era la estrategia de este hombre de 63 años que fue congresista en Washington desde 1983 hasta el 2001 (llegando a ocupar la presidencia del comité de presupuestos) y ha gobernado desde el 2011 Ohio, un estado sin el que ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca en unas elecciones presidenciales. Su apuesta ha sido el trabajo de campo e ir convenciendo uno a uno a los votantes de que es el mejor candidato que, de hacerse con la nominación del partido, podría tener opciones en el duelo con los demócratas por la presidencia en noviembre.

CAMBIO CLIMÁTICO

Con esa apuesta Kasich se ha ganado a votantes como Coleen, una joven de 25 años que estaba en el Derryfield, que aplaudía que el gobernador hable con cordura, por ejemplo, del cambio climático (que a los otros aspirantes republicanos les cuesta incluso reconocer). “A diferencia de los otros, parece que no está dispuesto a decir lo que sea para ser elegido en las primarias”, alababa. “Y es el único que se atreve a hablar de colaboración, de bipartidismo”.

Lo que algunos ven como puntos fuertes es precisamente lo que en los últimos días ha convertido a Kasich en diana de ataques. Estos han llegado de grupos oscuros como uno financiado por los hermanos Koch, que ha emitido un anuncio denostándolo como “republicano de Obama”, en parte por haber aceptado 13.000 millones de dólares de la reforma sanitaria para ampliar la cobertura pública para los pobres. Y han llegado también de sus rivales, especialmente de Jeb Bush, otro de los candidatos con experiencia ejecutiva en una gobernaduría (en su caso Florida) que aspira a representar al aparato moderado del partido y se lo juega si no todo casi todo en Nuevo Hampshire.

CONSERVADURISMO COMPASIVO

Entre uno y otro se dirimía antes de ver a Kasich en el Derryfield Cathy Thorgerson, y algo debe hacer bien el gobernador (aparte de ofrecer un discurso menos enlatado que sus rivales y plagado de un mensaje del llamado conservadurismo compasivo) porque la mujer salió “impresionada” y “convencida al 95%” de votarle.

“Potencialmente podría ser un buen presidente porque busca soluciones”, analizaba también en el acto de Manchester Ed Burly, un abogado de Boston que se había acercado a Nuevo Hampshire solo para ver al máximo de candidatos posible en vivo “y no opinar o criticar en abstracto”. 

Esas valoraciones de Kasich demostraban que el gobernador de Ohio, que hace unos años fracasó en un intento de validar en un referéndum una medida que habría acabado con la capacidad de negociación colectiva de los funcionarios públicos, ha dado en la diana que buscaba. Y lo que le faltaba era ver si se volvían realidad las encuestas, que han estado recompensando su esfuerzo en Nuevo Hampshire y le colocaban como tercera opción por detrás de Trump y un Marco Rubio potencialmente golpeado por el debate.