EN IMÁGENES

'El Jerusalén africano', un viaje a través de Etiopía en la Universidad Blanquerna

Una exposición fotográfica en la facultad de Comunicación muestra cómo es el país del café, de las iglesias milenarias, de la botella de agua, de los 'rastafaris' y de la AK-47

ALBA LOSADA / Barcelona

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Existe un Jerusalén en ÁfricaEtiopía, un país del cuerno africano donde imperan los aromas y colores exóticos, donde el perfume del café flota en el ambiente, donde sonrisas y miradas curiosas se esconden entre las verdes montañas y los caóticos mercados para dar lugar a una tierra articulada por diferentes religiones y culturas, donde el cristianismo vive con fuerza desde hace más de 1.700 años. Un lugar donde no hay fronteras para las creencias y donde cada uno de los 100 millones de habitantes venera a aquel dios que le da el ánimo para hacer una supervivencia diaria. Esto supone, entre otros factores, que lo más normal sea ir acompañado de un machete marca 'Bellota' o de un 'Kalashnikov'.

Desde las frías montañas de Geraltha hasta el caluroso Valle del Omo, desde los tradicionales reinos cristianos del norte hasta las primitivas y nómadas tribus del sur, al margen de leyes y fronteras, se palpa una gran pluralidad de dialectos, culturas y maneras de vivir. Y en homenaje a una diversidad, todavía más compleja, hay Shashemene, una ciudad en la que viven buena parte de los descendentes de los 'rastafaris', emigrados décadas atrás de la impensable tierra jamaicana, bajo los hábitos y costumbres adquiridas cerca del mar del Caribe.

Se trata de un país donde el bien más apreciado es una botella de agua mineral vacía, donde miles de niños, desde sus primeros pasos por la vida, son los pastores de los rebaños, donde la escolarización, la oración, el trabajo y las relaciones sociales se ven condicionadas por las grandes distancias que se tienen que recorrer... Unas distancias que suponen un reto constante, pero que se afrontan con toda naturalidad para poder vivir el día a día.

Un país que, en solo 40 años, ha pasado de vivir bajo la dictadura del último emperador, Haile Selassie al régimen comunista de Mengistu Haile Mariam, que comportó guerras civiles y otros conflictos con Somalia y Eritrea, hasta llegar al actual régimen democrático, dotado de desigualdad y corrupción.

Esto es Etiopía, el país del café, de las iglesias milenarias, de la botella de agua, de los 'rastafaris' y de la AK-47.