COMICIOS EN EL NORTE DE EUROPA

La oposición de izquierda gana las elecciones suecas

Los ocho años de recortes pasan factura al Gobierno de derechas

Seguidores del Partido Socialdemócrata celebran la victoria, ayer.

Seguidores del Partido Socialdemócrata celebran la victoria, ayer.

EL PERIÓDICO / ESTOCOLMO

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La oposición de izquierda ganó ayer las elecciones suecas con el 43,6% de los votos frente al 39,3% de la alianza de centroderecha, escrutados los votos del 89% de los distritos electorales. El Partido Socialdemócrata fue el ganador de los comicios, con el 31,1%, por delante del conservador Partido Moderado del primer ministro, Fredrik Reinfeldt, con el 23,1%. La promesa de gastar más dinero en educación, sanidad y empleo tras ocho años de recortes se demostró irresistible para los suecos.

El ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) duplicó sus votos hasta el 13% y se convierte en la tercera fuerza del país. Al igual que los conservadores, que perdieron una cuarta parte de su apoyo, los otros tres componentes de la alianza de centroderecha lograron peores resultados que hace cuatro años.

Reinfeldt mantuvo su promesa de dimitir en caso de que la oposición sacase más votos. «El pueblo sueco ha decidido. Por eso entregaré mañana [por hoy] la solicitud de dimisión», declaró anoche en la sede de su partido, cuya presidencia abandonará la próxima primavera.

La intención proclamada del líder socialdemócrata, Stefan Löfven, es gobernar con los ecologistas, pero el resultado le obligará a recurrir al Partido de la Izquierda, del que se había querido distanciar para ofrecer una imagen de moderación.

La campaña electoral ha estado marcada por temas como el empleo, la gestión privada de los servicios públicos, la sanidad, la educación y la inmigración. La alianza gubernamental, formada por cuatro partidos, ha apelado a la continuidad y a las buenas cifras macroeconómicas, además de incidir en la falta de unidad de la oposición, mientras que esta ha atacado al Gobierno por el aumento del paro, las rebajas fiscales y los recortes sociales.

Demócratas de Suecia, surgido hace dos décadas de un grupo neonazi, es otro de los grandes triunfadores, ya que aspiraba a convertirse en la tercera fuerza y a potenciar su papel de «bisagra», aunque el vacío que le hace el resto de grupos limita su capacidad de influencia.

Suecia, con un paro del 8%, que afecta a jóvenes e inmigrantes, se ha hartado de las estrecheces presupuestarias y padece una burbuja inmobiliara en construcción.