Formación del nuevo colegio de comisarios europeos

La izquierda, dura con Cañete ante la tibieza de los socialistas

MONTSE MARTÍNEZ / BRUSELAS

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La izquierda jugará hoy el papel de profesor extremadamente exigente en el examen al que será sometido el exministro español Miguel Arias Cañete para acreditar su valía como comisario de Energía y Cambio Climático de la nueva Comisión Europea (CE). Ante la previsible tibieza de los socialistas, maniatados por el reparto de cuotas de poder en la Comisión de Jean-Claude Juncker, los representantes de los partidos de izquierda en la Eurocámara no tendrán reparos en apretar las tuercas al exministro popular con un único objetivo: tumbarlo como comisario.

A su largo historial de conflictos de intereses -participación en empresas petrolíferas y energéticas- y sus declaraciones machistas, se sumó ayer otro movimiento, cuanto menos, sorprendente. A un día de someterse al escrutinio del Parlamento, fuentes del PP confirmaron que Cañete incorporó a su declaración de intereses económicos un complemento salarial como presidente del comité electoral del partido que se había dejado «por olvido».

Mal rato

Diversas fuentes coinciden al afirmar que es muy difícil que sea desbancado, precisamente porque los socialistas no están por la labor al querer colocar a uno de los suyos, Pierre Moscovici, como comisario de Asuntos Económicos. Pero auguran que Cañete pasará, cuanto menos, un mal rato en una comparecencia de tres horas donde, tras su exposición inicial, se someterá a casi medio centenar de preguntas.

El presidente de la Comisión Europea necesita la luz verde de la Eurocámara para que su colegio de comisarios empiece a trabajar. Todos ellos están siendo sometidos esta semana a exhaustivos exámenes individuales en los que deben demostrar si están preparados para asumir sus carteras.

Cañete es el más controvertido. Acaba de vender sus participaciones en dos empresas del sector petrolífero pero de poco le ha servido a ojos de quienes consideran que es un gesto que le puede colocar dentro de los parámetros jurídicos requeridos pero fuera de toda legitimidad política.

La campaña #Stop Cañete - recogida de firmas entre los eurodiputados-, una carta enviada al presidente Juncker por la comisión de igualdad y una manifestación prevista en la puerta del Parlamento Europeo poco antes de la audiencia son la artillería de la izquierda para intentar evitar que el exministro ocupe la silla de comisario.

"Se ha hecho rico"

Eso antes de entrar en la sala de la audiencia donde, si la dureza contra Cañete es la misma que la mostrada ayer en la comparecencia pública, la izquierda no se lo va a poner fácil.

«Lleva 32 años en un cargo público y al calor de lo que es de todos se ha hecho rico él, toda su familia y unos cuantos de sus amigotes», se arrancó Pablo Echenique, de Podemos, que abundó: «A Cañete, el medio ambiente nunca le ha preocupado lo más mínimo y la energía solo cuando es bueno para el business».

A Javier Couso, de Izquierda Unida, no le sorprende aunque le indigna la designación de Cañete. «Estamos viendo cómo la Comisión Europea se convierte en un consejo de administración de las empresas multinacionales europeas». «Poner a Cañete al frente de Energía y Cambio Climático es como poner a un pirómano en la campaña de extinción de incendios, a un cleptómano haciendo el inventario en un todo a cien o como poner a Bárcenas como responsable de la UE», añadió Couso, en un intento de teñir de humor la dureza de las acusaciones. Mientras, los socialistas mantienen un suspense difícil de creer al asegurar que su voto está supeditado a cómo Cañete afronte la audiencia.