El perdedor

Italia tumba el experimento de la UE con el Gobierno de Monti

Mario Monti, con las papeletas electorales, el domingo en Milán.

Mario Monti, con las papeletas electorales, el domingo en Milán.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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El experimento del Gobierno tecnocrático de Mario Monti puesto por Bruselas y que ha funcionado positivamente durante 14 meses para frenar la crisis de la deuda ha sido condenado al fracaso político por la mayoría de los electores. Mario Monti se ha estrellado en las urnas cuando se ha presentado a las elecciones con Opción Cívica, una lista propia. Los sondeos de hace un mes le acreditaban con casi un 15% de los votos, pero la realidad es que no ha llegado al 10%, quedando relegado a un irrelevante cuarto puesto. Mientras gobernó, el Gabinete formado por profesores y economistas fue apoyado conjuntamente por conservadores, centristas y progresistas.

A pesar de haber diluido las medidas de austeridad a lo largo de los próximos años, los italianos -no solo electores de izquierdas- reprochan a Monti no haber tenido en cuenta hasta ahora el crecimiento económico y, en consecuencia, la creación de empleo. Al mismo tiempo le han echado en cara la aprobación de medidas bastante drásticas contra la evasión fiscal (220.000 millones anuales). Otra queja muy popular se ha debido a la reintroducción del IBI, que los conservadores habían suprimido.

REFORMA LABORAL / «De no haber introducido el impuesto sobre la vivienda, en noviembre del 2011 no habríamos tenido dinero ni para pagar los sueldos a los funcionarios», rebatió el excomisario europeo. Los sindicatos han acusado al Gabinete tecnocrático por una reforma laboral que introduce por primera vez el despido libre, aunque con posibilidad de recurso a la magistratura.

Durante los 14 meses de Gobierno, Monti explicó a los italianos de forma muy didáctica y con gráficos y pizarras en mano lo que su Gobierno estaba haciendo e ilustraba cuanto estaba por aprobar. Pero el tono aleccionador del jefe del Gobierno, que al principio contó con el 80% del consenso, se fue reduciendo a medida que se veían los efectos de las medidas de austeridad.

El professore llegó al Gobierno italiano gracias a distintas operaciones cruzadas que partieron de Fráncfort, Berlín y Bruselas a medida que las instituciones europeas y el BCECE constataban que el Ejecutivo de Berlusconi no conseguía parar la especulación sobre la deuda. Durante el Gobierno progresista de Romano Prodi, el diferencial entre los bonos italianos y alemanes apenas iba más allá de los 30 puntos de distancia, mientras que con Berlusconi alcanzaron los 575.

EL COMPLOT Y LA CARTA / Berlusconi ha sacado a relucir en varias ocasiones que le echaron gracias al complot urdido más allá de los Alpes y fuentes fiables han asegurado que al principio de la operación Monti existió una carta de Jean-Claude Trichet, entonces presidente del BCE, a las máximas instancias italianas, en la que instaba a aprobar inmediatamente una serie de medidas económicas.

El estilo británico de Monti no ha contagiado en general a los apasionados italianos, la mayoría de los cuales vibran más con el populista Silvio Berlusconi o con el cómico radical Beppe Grillo. Rigor Montis le ha llamado este durante toda la campaña electoral.