Los temblores en Italia arrasan la reconstrucción de las zonas castigadas por el terremoto de agosto

Al menos 4.000 personas se han quedado de nuevo sin vivienda y las escuelas y hospitales de una docena de pueblos han tenido que cerrar

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ROSSEND DOMÉNECH / ROMA

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Unas 4.000 personas se encuentran de nuevo sin vivienda y la reconstrucción en marcha después del terremoto del pasado 24 de agosto en Amatrice, ciudad de los Apeninos centrales, que provocó 290 muertos, ha dado una brusca marcha atrás. Una especie de castigo de Sísifo, por el que habrá que volver a empezar todo de nuevo. Las nuevas sacudidas sísmicas de este miércoles que asolaron el miércoles el centro de Italia no han causado muertos, pero sí cuantiosos daños materiales.

A las miles de evacuados, se unen nuevas carreteras cortadas, edificios derrumbados, iglesias medievales desplomadas y 20.000 viviendas que deberán ser revisadas de nuevo. Las tiendas de campaña dispuestas por Protección Civil tras el seísmo de agosto ya habían sido desmontadas a causa del frío. La solución que se perfila es llevarse a los 3.000 nuevos deshauciados a pensiones y hoteles de la costa. La actividad comercial de pueblos y pedanías se ha esfumado.

En Visso, localidad enclavada en las montañas de la región de Las Marcas, residen normalmente 300 habitantes. Todos han sido evacuados. Una bandera de la Cruz Roja ondea a la entrada. Allí se ha levantado el campamento para los que han perdido sus casas. 

“Teníamos confianza y nos habíamos puesto de nuevo en marcha, pero hemos vuelto al dolor más profundo y todo lo que habíamos hecho hasta ahora ha sido inútil”, ha lamentado Mauro Falcucci, alcalde de Castelsantangelo sul Nera, epicentro del nuevo sismo. “Mejor que nos vayamos de aquí”, repiten muchos alcaldes de la zona.

Sucesión de temblores

Entre la noche del miécoles y la mañana del jueves se han producido más de 20 temblores de una intensidad de 3.1 y 5.9 enla escala de Richter. Cada uno ha ido seguido de escenas de pánico y carreras en las calles. Miles de personas han pasado la noche en vela, algunas durmiendo en automóviles y furgones y otros polideportivos.

Los supervivientes deben sus vidas a que el temblor de 5,9 de pasadas las nueve de la noche del miércoles se produjo una hora de después del primera, de 5.4 grados, por lo que ya todos estaban fuera de sus casas. La lluvia arreciaba y en la noche las montañas rugían sus corrimientos, amenazando con futuros derrumbes.

Las escuelas de una docena de pueblos y tres hospitales han sido cerrados, a la espera de que los bomberos verifiquen la situación de los edificios. Los presos de la cárcel de Camerino han sido trasladados a Roma.

El jefe del Gobierno, Matteo Renzi, ha visitado este jueves la zona, después de que el Ejecutivo presupuestara 40 millones de euros adicionales para afrontar la nueva emergencia. Renzi y el comisario para la reconstrucción, Vasco Errani, prometerion que todos los pueblos, pedanías y pequeñas ciudades serán “reconstruídos donde estaban y tal como estaban”, aunque con criterios antisísmicos.

Los edificios medievales se han derrumbado solo por el cemento armado añadido en épocas modernas. De otro modo tiemblan, se agrietan tal vez, pero habían siempre resistido, en una zona que ya Cicerón describía como víctima de la lucha entre placas terrestres.

El Papa ha enviado un mensaje de solidariedad, así como la Comisión Europea, que ha anunciado que los gastos para la reconstrucción no serán contabilizados como déficit . Gestos solidarios que no lograban calmar la inquietud de una señora de 75 años, que ha gritado con desesperación: “¿Que significa que no nos dejarán solos? Solos estamos”.