el ASESINATO DE TRES JÓVENES ISRAELÍS

Israel medita la venganza

Funeral de Yusuf al Zagha, palestino muerto por fuego israelí, en Yenín.

Funeral de Yusuf al Zagha, palestino muerto por fuego israelí, en Yenín.

ANA ALBA
HEBRÓN

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El terrible desenlace del secuestro de tres adolescentes israelís ha conmocionado a Israel y hace temer a los palestinos que se produzca un castigo colectivo todavía más duro que el de las últimas semanas, en las que el Ejército israelí llevó a cabo redadas en toda Cisjordania para encontrar a Eyal Yifrach, Naftali Fraenkel y Gilad Shaar.

La represalia de Israel llegará, pero aún no tiene forma concreta porque los miembros del gabinete de seguridad del Gobierno israelí no han llegado a un acuerdo en las dos reuniones de emergencia que han mantenido. Los más derechistas, como el ministro de Economía y líder del partido Hogar Judío, Naftali Bennett, quieren lanzar una gran operación militar en Gaza. Los más moderados, entre ellos los titulares de Justicia, Tzipi Livni, y Finanzas, Yair Lapid, prefieren medidas de menos envergadura.

EL TIEMPO NECESARIO / Ante la falta de unanimidad, el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, optó ayer por dejar la puerta abierta a cualquier tipo de reacción. «Vamos a debilitar a Hamás en Cisjordania y a parar el lanzamiento de cohetes. Extenderemos la operación todo lo que sea necesario, sin importar el tiempo», señaló.

«Hoy hemos enterrado a nuestros hijos en una tumba de Israel, Naftali, Gilad y Eyal, su sangre se tiene que vengar», afirmó Netanyahu al iniciar la reunión del Gabinete. «Tenemos tres misiones: primero, encontrar a los asesinos y a los que están implicados en el secuestro (…) Segundo, debilitar la infraestructura de Hamás en Judea y Samaria (nombre bíblico para Cisjordania) (…) Tercero, operar contra Hamás en la franja de Gaza», indicó.

Los bombardeos israelís en Gaza ya se han incrementado en los últimos días -ayer Israel atacó 34 puntos- igual que los cohetes que grupos palestinos han lanzado desde la franja sobre Israel. Según el Ejército, ayer se cayeron seis en el sur.

«Si es necesario expandiremos la operación hasta el punto que sea necesario», subrayó Netanyahu. «Hamás es responsable, Hamás está pagando y seguirá haciéndolo», añadió. Hamás niega estar detrás del secuestro y la muerte de los chicos, pero Israel asegura que los dos principales autores del rapto son Amer Abu Aisha, de 33 años, y Marwan Qawasmeh, de 29 años, dos palestinos de Hebrón que están en paradero desconocido desde que se produjeron los secuestros. Israel no ha presentado ninguna prueba que los inculpe ni que demuestre la autoría de Hamás, pero ya ha castigado a sus familias.

«Los soldados llegaron ayer a las ocho de la tarde, cuando íbamos a romper el ayuno del Ramadán (mes sagrado musulmán)», explica Nadia Abu Aisha, madre de Amer. «El Ejército llegó y obligó a salir a toda la familia de la casa. Había 15 personas dentro, hombres, mujeres y niños», explica Hisham Sharabati, de la oenegé palestina Al-Haq, delante de la casa de los Abu Aisha, en Hebrón. «Luego lo destrozaron todo y dinamitaron el apartamento de Amer», relata Sharabati.

UN AGUJERO NEGRO / La parte superior izquierda del edificio es ahora un agujero negro lleno de muebles calcinados. En esa zona vivía Amer con su esposa y tres hijos. «Siempre han simpatizado con Hamás», cuenta un amigo de la familia. El padre de Amer y los dos hermanos que vivían en la casa están en la cárcel. Los arrestó el Ejército hace dos semanas durante la operación Volved Hermanos que lanzó para buscar a los chicos. En total han sido arrestados 422 palestinos. Las imágenes del interior de la casa eran impactantes: muebles volcados, sofás rajados, lavabos destrozados a golpe de martillo, cables de lámparas cortadas, la nevera desarmada, comida por el suelo.

En casa de los Qawasmeh se repetían estas estampas. «Los soldados cogieron estos cuchillos de la cocina y rajaron todos los sofás», dice un cuñado de Marwan. En el suelo de una de las habitaciones, aún están intactos los platos a medio servir un maqlube (plato típico palestino). Tras destrozar todo lo que había durante cuatro horas, dinamitaron el piso superior. La metralla hirió a una mujer de 20 años y a su bebé de 55 días.

En la madrugada de ayer, el Ejército israelí arrestó a tres personas en Cisjordania y mató a un adolescente palestino en el campo de refugiados de Yenín. En la llamada zona E1, territorio palestino donde Israel quiere levantar un nuevo asentamiento que aislaría a Jerusalén del resto de Cisjordania, unos 30 colonos plantaron tiendas de campaña.

En Cisjordania y en Jerusalén se celebraron concentraciones de protesta. Los sectores más derechistas han llamado a la «venganza contra los árabes» y ya se han denunciado diversos ataques contra palestinos. Un chico de 17 años lanzó un bote de gas lacrimógeno contra un taxista y dos jóvenes palestinos fueron atacados en incidentes separados por un grupo de judíos en pleno centro de Jerusalén.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, pidió ayer a los líderes de EEUU y la Unión Europea que intercedan por los palestinos ante Israel para que se evite un fuerte castigo colectivo.