mOVILIZACIÓN multitudinaria

Islamistas y liberales tunecinos llenan las calles contra el terror

La concentración ha defendido "las libertades tunezinas frente al terrorismo".

La concentración ha defendido "las libertades tunezinas frente al terrorismo". /

BEATRIZ MESA / RABAT

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Decenas de miles de tunecinos se echaron ayer a las calles para echar un pulso al yihadismo. «Nosotros somos Túnez» y «nosotros somos Bardo» fueron algunos de los eslóganes que se levantaron con un sentimiento inédito de patria por parte de un Túnez único, donde islamistas y liberales abandonaron sus divergencias ideológicas para gritar, juntos, contra el terrorismo.

Fue una marcha multitudinaria, que recordó a las primeras semanas de la Revolución de los Jazmines, y en la que participaron también jefes de Estado y de Gobierno, como el presidente francés, François Hollande, y el líder palestino, Mahmud Abás. Estuvo asimismo presente el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo. En la marea de ciudadanos -unas 40.000 personas, según la policía-, a muchos de ellos se les veía brillar los ojos de emoción. No solo por el recuerdo del trágico ataque contra el Museo del Bardo del pasado día 18, en el que tres terroristas abrieron fuego contra grupos de turistas provocando la muerte de 21 extranjeros y dos tunecinos, sino porque el mundo se solidarizó con el pueblo de Túnez. Era un gran consuelo. «El terrorismo ha querido castigar un país como Túnez, un ejemplo en materia de democracia, de pluralismo y de defensa de los derechos de la mujer», recordó Hollande. «Era el país que estaba haciendo avances más rápidos hacia la democracia y probablemente por eso ha sido golpeado», coincidió García-Margallo.

LÍDER ISLAMISTA / «De la misma manera que se ha vencido a la dictadura, nosotros venceremos al terrorismo. Estas tentativas de desestabilización no harán que nuestro pueblo se achante y se acostumbre al miedo y al terrorismo. Permanecerá unido por un futuro próspero», afirmó Rachid Ganuchi, el líder del partido islamista Ennahda, la segunda fuerza más votada en Túnez, sobre quien se han vertido todo tipo de acusaciones y reproches por su laxitud frente al terrorismo durante los primeros años de la transición.

«No tengáis miedo a venir a Túnez», gritaron en alusión a los extranjeros los manifestantes, agitados y llenos de rabia tras una masacre que ha generado nuevos sentimientos de desconfianza hacia los movimientos islamistas que aparecieron tras la caída del régimen dictatorial de Ben Alí.