La intervención militar británica en Siria rompe al Partido Laborista

Jeremy Corbyn, en la puerta de su casa en Londres.

Jeremy Corbyn, en la puerta de su casa en Londres. / NGH/RT

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Antes incluso de que comiencen,  los bombardeos en Siria ya han provocado devastación y caos. Daños irreparables en el Partido Laborista, que bajo el liderazgo de Jeremy Corbyn, se hunde en la guerra civil. La principal fuerza de la oposición del Reino Unido no ha logrado alcanzar una postura común en una de las decisiones más graves que puede tomar un país, como es la de intervenir militarmente en otro Estado. 

Este miércoles, durante el largo debate de más de 10 horas que concluirá con la votación sobre los ataques aéreos, la Cámara de los Comunes va a asistir un espectáculo insólito. Mientras Corbyn argumenta contra la ampliación de las acciones bélicas, uno de sus más importantes colaboradores, el ministro de Exteriores en la sombra, Hilary Benn, puede tomar la palabra para hacer exactamente lo contrario y abogar a favor de los ataques. “Creo que Estado Islámico es un peligro claro y presente” ha señalado Benn, para explicar su decisión de apoyar la moción de David Cameron. Y no es el único miembro importante del equipo de Corbyn que votará a favor. También lo hará Tom Watson, número dos en el liderazgo y los responsables de las carteras de Interior, Cultura, Irlanda del Norte, Salud y Educación, entre otros. Los cálculos apuntan a que unos 60 laboristas pueden respaldar los bombardeos.

Militantes y parlamentarios

La guerra de Siria se ha transformado en una confrontación feroz por el control del Partido Laborista. Una batalla que comenzó con la propia elección de Corbyn el pasado septiembre con un 60% de votos de los militantes, pero con apenas un tercio de apoyo entre los parlamentarios. Y de momento quienes retan su  liderazgo van sumando victorias. El lunes sus adversarios se apuntaron la más decisiva al obligarle, después de tres días de frenéticas disputas, a batirse en retirada y conceder libertad de voto sobre Siria.

El compromiso es un parche para evitar la ruptura definitiva, una insubordinación apenas camuflada. Corbyn se dio cuenta de que quienes le amenazaban con renunciar en masa y abandonar su equipo no jugaban de farol. Con el voto en conciencia, el laborismo acude este miércoles a una votación trascendental sin una postura conjunta y coherente. “Si seguimos así, el Partido Laborista va a estar completamente acabado como un partido serio con principios”, ha declarado uno de sus diputados.

Moderación de Cameron

Cameron ha puesto buen cuidado en no mezclarse en las trifulcas y desavenencias de Corbyn con los suyos. En la larga argumentación que el primer ministro ya hizo la semana pasada en la Cámara de los Comunes a favor de la intervención den Siria, contestó durante horas a  las preguntas de los parlamentarios de todos los partidos. Lo hizo adoptando un tono moderado y respetuoso, distanciándose intencionalmente del estilo insistente, combativo y  exagerado  empleado en su día por Tony Blair, cuando arrastró al Parlamento a aprobar la intervención en Irak.

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Ahora, en la  víspera de la votación, Cameron ha resumido todos y cada uno de los pasos cautelosos que ha ido dando hasta llegar a ella. La moción aprobada por su Gabinete aboga por, “la necesidad de emprender una acción militar contra el Estado Islámico en Siria al igual que en Irak”, pero  como  parte “de una estrategia más amplia”, que incluya “política, diplomacia, ayuda humanitaria y todo lo que hace falta restaurar para llevar paz a Siria, pero asegurándonos que protegemos nuestros intereses nacionales, al luchar contra esa espantosa organización terrorista”.

Corbyn, que lleva la militancia pacifista en el ADN y es miembro de la coalición “Detened la Guerra”, respondió advirtiendo a los británicos sobre las futuras bajas civiles: “Cuando se bombardea una ciudad como Raqqa –donde hay varios centenares de miles de gente viviendo, que pueden o no pueden querer hacerlo bajo el control del Estado Islámico, de hecho  muchos están tratando de escapar-, vamos a matar gente; vamos a matar gente en sus hogares con nuestras bombas. Creo que tenemos que tener mucho cuidado con esto”.

Ha sido sin embargo el propio Corbyn quien al aceptar la libertad de voto de los laboristas ha abierto la puerta para que el Reino Unido bombarde  Siria. Cameron no estaba dispuesto a llevar a cabo la votación hasta estar seguro de contar con una mayoría holgada. Ahora la tiene, a pesar del rechazo de los independentistas escoceses, de algún conservador como David Davis y de los laboristas que finalmente decidan acatar la línea oficial del partido marcada por Corbyn.