REFERENDO EN ESCOCIA

El 'sí' a la independencia coge impulso tras el segundo debate

El secesionismo escocés reduce la desventaja a 6 puntos

Alex Salmond.

Alex Salmond.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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Si el último sondeo sobre la intención de voto es exacto, los independentistas están acortando distancias muy significativamente. A 20 días de la cita para acudir a las urnas, la encuesta publicada ayer en Escocia otorgaba, sin contar los indecisos, el 47% de votos al  y el 53% al no.

Los partidarios de la unión siguen gozando de una ventaja de seis puntos, pero han sufrido un recorte muy considerable, teniendo en cuenta los 14 puntos de ventaja que poseían  hace tres semanas. Aquellas cifras se conocieron después del primer debate televisado entre Alistair Darling y Alex Salmond. Una ocasión en la que el exministro laborista, portavoz del grupo Better Together, se impuso al ministro principal escocés, Alex Salmond. En el segundo pulso televisado el pasado lunes fue Salmond quien llevó la voz cantante de manera indiscutible.

«Si la tendencia en el apoyo a los nacionalistas continúa a este ritmo hasta el día de acudir a las urnas, el 18 de septiembre, vamos a ver a Escocia marcharse del Reino Unido, terminando así con 300 años de unión», advertía el Daily Mail, cuya edición escocesa había realizado el sondeo. El diario culpa a Darling del retroceso del no por su «desastrosa» actuación ante las cámaras.

Los analistas políticos habían observado, sin embargo, que tras el primer debate los sondeos habían variado muy levemente. Ese fenómeno lo achacaron a la forma en que los escoceses están sopesando los pros y contras de la ruptura. La impresión es que lo dicho por los políticos cuenta mucho menos a la hora de formarse una opinión que las discusiones entre familiares, amigos y vecinos.  El debate está a nivel de pub y de calle y  nada tiene que ver con las grandes manifestaciones o los mítines multitudinarios que son la norma en países como España o Francia, en tiempo de campaña.

El interés de los escoceses ha cogido fuerza en esta recta final . La propuesta secesionista no deja a nadie indiferente, como reconoció el jueves David Cameron, quien estimó que el 80% de los electores está dispuesto a acudir a votar .

Calibrar las consecuencias económicas de la independencia ha sido desde el primer momento el gran caballo de batalla  La guerra de cifras es continua .Con un resultado cada vez más incierto, las empresas intentan calibrar el impacto que tendría una victoria soberanista en sus negocios. «Hay demasiada incertidumbre para hacer nada concreto en términos de estrategias de mercado», declaró a Reuters Veronika Pechlaner, directora de la agencia de capitales Ashburton. Los economistas advierten, no obstante, que el triunfo del  se traducirá en un cambio fuerte y negativo en costes, impuestos y créditos para algunas compañías. Sin embargo puede beneficiar a la industria del transporte, que cuenta con la promesa de una reducción del 50% del impuesto en los viajeros.