Homenaje en Colonia

«Fue una tragedia que nos desgarró el corazón, resultado de un acto sin sentido, pero que nos dejó una lección de solidaridad». Joachim Gauck, expastor protestante y actual presidente de Alemania, resumió así sus sentimientos en el interior de la catedral de Colonia, que ayer acogió, tres semanas después, el funeral de Estado por las víctimas del avión de Germanwings siniestrado en los Alpes franceses.

Ciento cincuenta velas idénticas presidieron el acto ecuménico junto al altar mayor del templo, una por cada víctima del siniestro, incluido el copiloto Andreas Lubitz, que presuntamente estrelló de modo intencionado el Airbus 320 que cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf el 24 de marzo.

En el funeral, al que asistieron 1.400 invitados -entre ellos 500 familiares de las víctimas- se recordó con solemnidad y emoción a los fallecidos. Y más que tratar de hallar respuestas al detonante de la catástrofe, se procuró dar consuelo a los familiares y se homenajeó a los voluntarios que ayudaron sin desfallecer después de la tragedia.

Gauck, principal orador del funeral, al que acudió la plana mayor de la política alemana, encabezada por la cancillera Angela Merkel, admitió la dificultad de entender la actuación de Lubitz -«nos confronta con un acto de destrucción que nos aturde», dijo- pero insistió en la necesidad de seguir confiando los unos en los otros. «En los momentos más duros mostramos también la fuerza para el bien que se esconde dentro de nosotros», añadió.

Igual que la jefa del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, Gauck recordó a las víctimas españolas y de otras nacionalidades, además de las alemanas. La cooperación con que actuaron «desde el primer minuto» Alemania, España y Francia fue un ejemplo de los «vínculos y valores» que representan a Europa, dijo el titular español de Interior, Jorge Fernández Díaz, representante de España en el acto.

Las palabras de consuelo se mezclaron con las de agradecimiento a los voluntarios que participaron «al límite de sus fuerzas», dijo Kraft, tanto en las tareas de rescate en los Alpes como prestando auxilio a los familiares en el aeropuerto de Düsseldorf, en Barcelona o en las inmediaciones del siniestro.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando la orquesta del instituto Joseph König de Haltern -en el que estudiaban 16 adolescentes que perdieron la vida en el A320- interpretó una melodía de la Lista de Schindler como tributo a sus compañeros desaparecidos. El otro, cuando los asistentes encontraron en su asiento un pequeño ángel de madera como obsequio, símbolo de esperanza y apoyo a las víctimas. Según confirmó la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, estas volverán a ser homenajeadas en Barcelona el día 27 en un acto previsto en la Sagrada Família.