Hillary barre a Sanders en Carolina del Sur

Selfi de Hillary Clinton con algunos de sus seguidores en el acto de los demócratas en Carolina del Sur

Selfi de Hillary Clinton con algunos de sus seguidores en el acto de los demócratas en Carolina del Sur / GH SEP**NY**

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Hay victorias que son más que eso. La de Hillary Clinton en las primarias demócratas en Carolina del Sur es una de ellas.

En su duelo con Bernie Sanders para lograr la nominación presidencial del Partido Demócrata este sábado, Clinton se llevó el 73,5% de los votos frente al 26% que consiguió el senador de Vermont. Y esa paliza es trascendental no solo porque da a la aspirante el momentum de cara al supermartes, cuando votan 11 estados, sino porque está construida sobre un elemento fundamental para las próximas citas: el abrumador respaldo mayoritario de los votantes negros.

El 62% de los demócratas que han ido este sábado a las urnas era negro y de esos, casi nueve de cada diez eligieron a Clinton (95% en el caso de los negros mayores de 65 años). La exsecretaria de estado se resarce así de su derrota en el mismo estado en 2008 ante Barack Obama, que entonces se llevó el 78% del voto negro, pero además cimenta su conexión con un grupo de votantes que hace ocho años vieron tintes racistas en su estrategia contra Obama pero han demostrado haber superado aquellas sombras y ahora serán clave para ella en otros muchos estados.

Tras una victoria que fue prácticamente empate en Iowa, la derrota en Nuevo Hampshire por 25 puntos y un triunfo en Nevada por solo 5,5% de ventaja sobre Sanders, Carolina del Sur se plantea como un punto de inflexión. Y Clinton ha arrasado entre prácticamente todos los grupos, mujeres, votantes de más de 25 años, gente con nivel de educación alto y bajo y también con todo tipo de ingresos. Pero es su dominio entre los votantes negros el que plantea más retos para Sanders, que solo se impuso entre los menores de 25 años y entre quienes se declaran "independientes" y tiene por delante la difícil misión de restar apoyos a Clinton entre las minorías, algo que no ha logrado en Carolina del Sur pese a haber hecho un esfuerzo de organización e inversión (su campaña ha tenido en el estado 11 oficinas y 200 miembros de su personal y se ha gastado casi dos millones de dólares en anuncios).

La exsenadora es favorita para ganar el martes en seis estados donde el voto negro también tiene peso destacado: Alabama, Tejas, Virginia, Tennessee, Arkansas y Georgia. Sanders, por su parte, tiene que lograr resultados más que pasables en los otros cinco estados donde podría imponerse (Vermont, Colorado, Minnesota, Massachusetts y Oklahoma) porque, dado que los delegados se reparten por un sistema de votos proporcional (y el martes hay en juego 880), victorias a poca distancia podrían darle menos de los que necesita para seguir manteniendo esperanzas. 

En su discurso de celebración en Columbia, la capital de Carolina del Sur, Clinton ha puesto la mirada no en el duelo con Sanders sino ya en el de noviembre y en el hombre que actualmente es favorito para ser su rival republicano: Donald Trump. "En contra de lo que oís, no necesitamos volver a hacer América grande", ha dicho la candidata en referencia al eslogan del magnate inmobiliario. "América nunca ha dejado de ser grande. Lo que necesitamos es sanarla. En vez de construir muros necesitamos derribar barreras".

Sanders, que ya el sábado por la noche viajó a Minnesota, se niega de momento a tirar la toalla. "Esta campaña está comenzando", ha dicho. "La organización de base de nuestra revolución política crece estado a estado y no vamos a parar ahora".