El hambre se ceba con los niños de Yemen
La guerra ha empeorado un mal endémico en el país más pobre de la Península Arábiga
Ojos desorbitados, osamenta marcada, barriga hinchada. Estos síntomas de grave malnutrición son visibles en muchos niños residentes en la comunidad de pescadores de El-Khoukha, localidad al sudoeste de Yemen que está padeciendo de lleno las consecuencias de la guerra.
Tumbado sobre una lecho a base de cuerdas entrelazadas, un niño no deja de llorar bajo la mirada desesparada de su madre, Hayet Ahmed."No tenemos nada para comer, nuestros hombres tenían el hábito de ir a pescar pero ellos no salen al mar como consecuencia de la guerra y de los ataques aéreos", lamenta la mujer que añade: "Somos pobres y no tenemos nada".
Aicha Ali, abuela de un niño en idénticas condiciones que el anterior, también se lamenta."Aunque ahora se ha calmado, no ha dejado de llorar en toda la noche", dice para luego concluir que padece "una grave malnutrición" y la familia carece de medios para salvarlo.
Mal crónico en el país, el más pobre de la Península Arábiga, la desnutrición se ha disparado por el conflicto que enfrenta desde el 2014 a los rebeldes chiís, acusados de tener vínculos con Irán, y el Gobierno del presidente Rabbo Mansour Hadi, sostenido por Arabia Saudí.
"La malnutrición de los niños es crónica en Yemen. Era del 30% en el 2011 en las provincias costeras occidentales y se pudo reducir al 18% en el 2015", explica a AFP Mohamed al-Assadi, representante de Unicef en Saná, la capital yemení. "Pero con la situación actual -añade-, la malnutrición ha vuelto a aumentar a un 31% de casos de malnutrición grave". Unicef considera que los niños son las primeras víctimas del conflicto.
GRAVES CONSECUENCIAS
"Cerca de tres millones de personas necesitan ayuda alimentaria inmediata y 1,5 millones de niños sufren malnutrición, 370.000 de los cuales presenta un cuadro de gravedad severa hasta el punto de que debilita su sistema inmunológico con el riesgo de multiplicar por diez el riesgo de morir", expone el representante de Unicef.
Para Assadi, la malnutrición de los niños es una consecuencia directa de la carencia de productos alimenticios, la falta de agua potable y del hundimiento de sistema sanitario. Faltan también medicamentos, el paro es alto y, muchas veces, los salarios a los funcionarios no se pagan. Y en El-Khoukha, una localidad de 5.000 habitantes a mitad de camno entre Hodeida, al norte, y Mokha, al sur, la situación es mucho peor, según un responsable del sistema sanitario local.
"Cerca del 50% de los niños sufren una malnutrición grave", explica Fouad al-Nahari, médico que dirige el centro de salud de la localidad. La proporción -añade el facultativo- aumenta al 60% en algunas zonas de las afueras. Asegura que, a día de hoy, se producen muchas muertes de niños falta de alimentos.
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