'Habibi' ¿qué te hago?

Las líneas eróticas telefónicas se hacen un hueco en Marruecos con gran éxito. Algunas de sus trabajadoras hablan sobre su trabajo. "Por la tarde da clases de árabe a los niños, y por las mañanas gime. Eso es lo que hace Amina". Así describe la joven sevillana María el desdoblamiento de algunas de las mujeres musulmanas con las que compartió teléfono erótico y clientes. A todas les une una misma necesidad: la falta de opciones que les obliga a apuntarse al sexo telefónico como modo de vida. "¿Sí, habibi [amor, en árabe]? ¿Qué te hago?". ste suele ser el primero de los argumentos que sobre un papel se escriben las jóvenes marroquís –bastante profanas en el lenguaje sexual– para encender los ánimos de sus interlocutores. Manejan con dificultad el argot y los tiempos, pero lo que mejor saben hacer es gritar y gemir. "Ay, sí, sí... Dame ahí... ahí...", se oye en uno de los vídeos del móvil de María grabados por ella misma antes de abandonar el empleo la semana pasada.

Cuanta mayor excitación, más aumenta el contador, y más éxito para la teleoperadora. Claro que esto no se refleja en la nómina, a final de mes. Menos de 300 euros por cubrir una jornada de nueve horas y solo 45 minutos de descanso.

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