ESPAÑA FRENTE A GRECIA

Guindos ejerce de fiel escudero de Schäuble

El ministro alemán dice "nein" a todo y el español exhibe la recuperación del país como ejemplo de que la odiada austeridad, al final, funciona

ROSA M. SÁNCHEZ

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Sorprende que España, uno de los cinco países rescatados por la troika (junto con Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre), sea uno de los que más dureza mostró contra las pretensiones del Gobierno de Atenas de lograr suavizar la austeridad impuesta. España, según el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha prestado 26.000 millones de euros a Grecia y la primera responsabilidad del Gobierno, añade, es «velar por que ese dinero sea devuelto a los españoles».

Este el argumento que repiten todos los miembros del Ejecutivo español, desde su presidente, Mariano Rajoy, hasta la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Guindos, Cristóbal Montoro (Hacienda) y José Manuel García-Margallo (Exteriores), para justificar la dureza de sus argumentos contra los intentos de flexibilizar el rescate que demanda el nuevo Gobierno griego de Alexis Tsipras.

Más allá del Ejecutivo alemán, ningún otro ejerce tal papel de halcón frente a las pretensiones griegas como el español, en contraste con el rol de palomas que desempeñan Italia, Francia y la Comisión Europea.

El ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, es el frontón contra el que ha rebotado todo intento griego de lograr un avance en la negociación. Y da la sensación de que Guindos ejerce de escudero. Schäuble dice «nein» a todo y el ministro de Economía español, que además mantiene una excelente relación personal con el alemán, exhibe la recuperación española como ejemplo de que la odiada austeridad, al final, funciona.

«España tiene legitimidad para decir a Grecia cómo se saca a los países de las crisis económicas», llegó a decir ayer la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Pero que España ejerza de halcón en el momento actual de la crisis griega no es solo por hacerle parte del trabajo al líder alemán. Es sobre todo una cuestión política. La Moncloa teme que cualquier ventaja que las autoridades griegas logren en la negociación del rescate refuerce a Podemos, un partido que se ha hermanado con Syriza, la formación de Tsipras. Y ese temor es lo que debió olfatear el propio Tsipras en el Consejo Europeo de las semana pasado cuando dijo haber detectado «un poco de nerviosismo» en Rajoy cada vez que se hablaba de Grecia.

Para desmentir estos argumentos, el Gobierno español se aferra a su obligación de defender el dinero prestado a los griegos. Y para ello se incurren en, al menos, dos tipos de exageraciones.

El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha llegado a decir que con los 26.000 millones prestados a Grecia se podrían haber subido el 50% las prestaciones por desempleo o haber impulsado un alza del 38% en las pensiones, cuando esto último habría costado aproximadamente el doble.

Eso, suponiendo que España haya desembolsado 26.000 millones con destino a Grecia, que no parece ser el caso. España sí prestó 6.650 millones a Grecia en su primer rescate, en el 2010, que deben ser devueltos en un plazo de 30 años en el que en los 10 primeros no se paga. Además, España avala algo más de 18.000 millones del total de 141.800 millones de préstamos privados a Grecia respaldados por el Fondo Europeo de Rescate. Pero este aval no supone ningún desembolso para el presupuesto español en tanto no se produzca una quita de deuda de Grecia. Mientras tanto, España ingresa de Grecia cada año intereses por este aval (euríbor más 50 puntos).