La guerra relámpago que cambió Oriente Próximo

Israel lanzó el 5 de junio de 1967 una ofensiva que duró seis días en la que ocupó el Sinaí, Gaza, Cisjordania, Jerusalén este y los Altos del Golán

Soldados israelís custodian a soldados egipcios capturados el 6 de junio de 1967.

Soldados israelís custodian a soldados egipcios capturados el 6 de junio de 1967. / periodico

ANA ALBA / JERUSALÉN

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A final de mayo de 1967, cuando Israel estaba a punto de lanzar una guerra que duraría <strong>seis días</strong> <strong>(5-10 de junio)</strong>, el profesor palestino Ahmad al Shafai escribió a un hermano que vivía en Marruecos. “Te mando la última carta desde la Gaza árabe, Israel la ocupará en breve”, sentenció, según relata 50 años después en su casa de Beit Lahia, en Gaza. Shafai y otros testigos recuerdan para EL PERIÓDICO lo que ocurrió esos días.

La tensión entre Israel y sus vecinos árabes aumentó desde la crisis del Canal de Suez en 1956 y con los ataques de guerrillas palestinas apoyadas por Siria con base en Jordania, y se disparó en mayo de 1967.

Egipto congregó a decenas de miles de soldados en el Canal de Suez y cerró los estrechos de Tirán (entrada al Mar Rojo para Israel). El Cairo solicitó a la ONU la retirada de sus fuerzas de interposición (FENU, entre israelís y egipcios) en la península egipcia del Sinaí en respuesta a un informe de la URSS sobre un despliegue militar israelí en la frontera que luego se demostró falso. En 1966, Egipto había impulsado una alianza militar con Siria a la que se sumaron Jordania e Irak en el 67. El 5 de junio, Israel lanzó la guerra “para evitar un ataque árabe”.

TANQUES EN GAZA

“El 5 de junio teníamos examen general en las escuelas secundarias. Yo estaba en Nuseirat (Gaza) esperando con 570 alumnos la llegada de un funcionario de Educación de Egipto (Gaza estaba controlada por El Cairo)”, recuerda Shafai. “Israel bombardeaba al Ejército egipcio, pero el funcionario dijo por el megáfono que estaba a las puertas de Bersavé (sur de Israel). Era mentira. Los israelís habían arrasado a la aviación egipcia en varias bases. Media hora después, sus tanques desfilaban por Gaza, ya se encontraban en Deir el Balah (centro de la franja) y empezaban a bombardear con artillería cerca del colegio”, cuenta el profesor, de 80 años.

También vio pasar carros de combate May Amireh. Era 7 de junio y con 12 años fue testigo de la entrada israelí desde una ventana de su casa en Belén, en Cisjordania, donde tuvo lugar una dura batalla.

“Gritaban por los altavoces que nos fuéramos a Jordania. Teníamos una tía allí expulsada de Jerusalén en 1948 y mi padre sugirió ir con ella. Pero mi madre se negó rotundamente. Cogió una sábana blanca, la partió en dos y ató un trozo al palo de una escoba. Subió al terrado y colocó la bandera. Los israelís advertían que pusiéramos banderas blancas”, explica Amireh.

EXPULSIÓN DE PALESTINOS Y SIRIOS

Desde el inicio de la <strong>Guerra de los Seis Días</strong> hasta final de 1967, más de 250.000 palestinos huyeron o fueron expulsados. El Ejército israelí demolió varios pueblos. Los palestinos denominan a esta expulsión la 'Naksa' (el golpe). También abandonaron su hogar unos 116.000 sirios de los Altos del Golán, territorio sirio que Israel ocupó al final de la guerra del 67.

En Jerusalén, la ofensiva provocó el desahucio de 650 personas del corazón de la ciudad vieja y la demolición de sus casas en el Barrio Marroquí, situado junto al Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado para los judíos por pertenecer al recinto del Segundo Templo judío. El vecindario se destruyó para crear un recinto de oración.

Los judíos no podían acceder a la ciudad vieja de Jerusalén desde la guerra de 1948 entre israelís y árabes, que siguió a la creación del Estado de Israel. Tras el armisticio de 1949, la parte oriental de Jerusalén, que incluye la ciudad vieja, quedó en manos jordanas. La zona occidental, en Israel. Este y oeste estaban separados, ni israelís ni palestinos podían pasar al otro lado. Pero la guerra del 67 lo cambió todo. 

ISRAELÍS EN LA CIUDAD VIEJA

El 7 de junio de ese año, los soldados israelís entraron en la ciudad vieja por la Puerta de los Leones y llegaron al Muro de las Lamentaciones. El Ejército israelí no tenía claro si pisaría esa zona. La víspera, el Gobierno discutía esta posibilidad en una reunión cuyas transcripciones se han desclasificado ahora.

El ministro de Defensa, Moshe Dayan, se oponía a tocar la ciudad vieja, pero acabó ordenando la entrada a su tropa. Dayan temía que si no aceleraba “la liberación” de la ciudad vieja, una tregua inminente gestada por la ONU lo impediría.

Los israelís llegaron a la Explanada de las Mezquitas. “El Monte del Templo (como llaman los judíos al recinto) está en nuestras manos” afirmó el coronel Mordechai Gur, responsable de la batalla de Ammunition Hill (Colina de la Munición, puesto militar jordano), decisiva para la victoria israelí en Jerusalén, recuerda el exparacaidista Yaki Chetz, que tenía 21 años.

LA LUCHA EN JERUSALÉN

“Nos habían preparado para luchar en el Sinaí, pero los jordanos empezaron a bombardear Jerusalén y recibimos órdenes de ir allí. Nos dieron unas instrucciones antes de la batalla de Ammunition Hill. Era de noche, no había luna, solo las luces de los bombardeos y miles de balas alrededor”, cuenta el veterano.

“Éramos inferiores a los árabes, pero ganamos por nuestro espíritu”, opina Chetz. Según él, la Guerra de los Seis Días provocó euforia en Israel, incluso “arrogancia”. Los israelís ocuparon el SinaíGazaCisjordania, Jerusalén este y el Golán y capturaron la zona de Latrún (en la ruta entre Jerusalén y Tel Aviv), que estaba en manos jordanas. El mapa de Oriente Medio volvió a redibujarse.