Grecia exhibe su disposición a la ruptura si no se aceptan sus reformas

Acuerdo sí, pero no a cualquier precio. Al iniciarse las deliberaciones que determinarán si Bruselas acepta la lista de reformas del Gobierno heleno y desembolsa la crucial ayuda financiera, Atenas recuerda que no rehúye una confrontación. «Estamos listos para una ruptura si no van bien las cosas», aseguró ayer el responsable de relaciones económicas internacionales, Euclidis Tsakalotos, explicando que el pago de los sueldos y las pensiones constituye la máxima prioridad del Gobierno.

«Creamos adrede incertidumbre en nuestros socios sobre nuestras intenciones, que sepan que estamos preparados para la ruptura; si no, no puedes negociar», reconoció Tsakalotos, incidiendo en que el Ejecutivo no aceptaría bajo ningún concepto medidas recesivas.

En un documento publicado ayer con motivo de los dos primeros meses de gobierno, el Ejecutivo de Alexis Tsipras señalaba que «no continuará sirviendo la deuda pública a partir de sus fondos propios, si los acreedores no desembolsan de inmediato los tramos atrasados desde el 2014». Poco después, fuentes gubernamentales desmentían que se tratase de una amenaza de suspensión de pagos y recalcaban que el comunicado no añadía «nada nuevo» al discurso oficial.

No obstante, el ministro de economía Yorgos Stathakis se mostraba el jueves confiado en que habría acuerdo «a principios de la semana que viene». Las propuestas de reforma, que prevén un escenario de un superávit primario del 1,5% y de un crecimiento anual del 1,4%, serán presentadas el lunes en Bruselas.