ALERTA ANTITERRORISTA

Las autoridades paquistanís instan a los profesores de Peshawar a llevar pistola

La población civil toma medidas de seguridad controvertidas tras el ataque talibán que mató a 132 estudiantes

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las autoridades paquistanís permiten e incluso animan a los profesores de Peshawar, una provincia al noroeste de Pakistán,

a llevar armas de fuego al trabajo para proteger a sus estudiantes.

La decisión de implementar esta medida de seguridad viene precedida del ataque terrorista que el principal grupo talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), llevó a cabo el pasado 16 de diciembre en un centro educativo del Ejército, donde murieron más de 130 niños y adolescentes.

Ahora, en una de las escuelas públicas más grandes de Peshawar, además de haber cámaras de seguridad, un francotirador vigila desde la azotea y dos hombres fuertemente armados custodian la puerta. El profesor de educación física de este centro ha contado a la BBC que él y cuatro de sus compañeros se han visto obligados a ir armados durante su jornada laboral.

INSEGURIDAD EN LAS AULAS

"En lugar de tener un bolígrafo en la mano, la situación nos obliga a llevar una pistola." ha contado el profesor Mohammed Iqbal, refiriéndose a la sensación de inseguridad que recorre la provincia.

El terrorismo talibán supone una amenaza para la población civil en Peshawar por la que las autoridades admiten estar desbordadas. "Estamos haciendo todo lo posible, pero la magnitud del problema hace que no podamos defender cada una de ellas." ha explicado Nassir Durrani, jefe de policía de la zona, refiriéndose a las más de 45.000 escuelas que hay en la provincia.

Pero estas medidas ad hoc han causado controversia, ya que el colectivo de docentes de Peshawar considera que la seguridad es competencia del estado y que éste debería proteger a la población a través de la policía y las fuerzas de seguridad.

CRISIS DE VIOLENCIA

Desde el ataque talibán a la escuela el pasado diciembre, del que algunos hablan como un "Mini 11-S", el gobierno ha tomado estrictas medidas legislativas. Se ha aprobado una enmienda de la constitución paquistaní que instituye la creación de tribunales militares para los sospechosos de terrorismo, y además se ha reinstaurado la pena de muerte para casos específicos.

Algunos analistas consideran que la masacre ha sido un recordatorio de la crisis de violencia urbana que se vive en Pakistán, agravada por la debilidad tanto de sus servicios de inteligencia como de la capacidad antiterrorista del país.

El ejército ha intensificado su actividad militar en las zonas tribales de Waziristán del Norte y Khyber Pakhtunkwa, donde el pasado domingo fuentes militares dijeron a AFP haber matado a 35 insurgentes en la zona de Datta Khel en un bombardeo aéreo contra los talibanes.