VIOLENCIA EN EGIPTO

El Gobierno egipcio retoma la represión

Un grupo de jóvenes se manifiestan contra el presidente Al Sisi, en El Cairo.

Un grupo de jóvenes se manifiestan contra el presidente Al Sisi, en El Cairo.

ANA ALBA / JERUSALÉN

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El cuarto aniversario de la revolución egipcia que derrocó al presidente Hosni Mubarak se conmemoró ayer en Egipto con protestas reprimidas duramente por la policía que costaron la vida al menos a 15 personas, según informó el ministerio de Sanidad egipcio.

Diez de las víctimas murieron en el distrito cairota de Matariya, entre ellas un policía. Una persona perdió la vida en otra zona de El Cairo, una más en Giza y otra en Alejandría. Dos egipcios fallecieron cuando estaban colocando una bomba en la gobernación de Beheira, en el Delta del Nilo. Además, se produjeron más de 45 heridos, entre ellos cinco policías, y hubo 150 detenidos.

En El Cairo, manifestantes que protestaban contra el Gobierno egipcio actual y defensores del presidente egipcio, Abdelfatá al-Sisi, se enfrentaron delante del Sindicato de Periodistas, en la capital egipcia.

Los disturbios se iniciaron cuando un grupo de seguidores de Al-Sisi empezó a lanzar piedras a los manifestantes. Las fuerzas de seguridad dispersaron a los que se enfrentaban con gases lacrimógenos.

La policía egipcia también dispersó una protesta de unos 100 simpatizantes de Al-Sisi en la plaza de Abdel-Moneim Riyad, en el centro de El Cairo, donde fueron arrestados 15 simpatizantes del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi, derrocado por un golpe de Estado en julio del 2013 liderado por Al-Sisi.

PAPEL CLAVE

Jóvenes afiliados a Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad habían convocado las protestas en el centro de El Cairo. El grupo secular Movimiento Juvenil 6 de Abril, que fue declarado ilegal el pasado abril, también había llamado a los ciudadanos a manifestarse.

Este grupo jugó un papel clave en la movilización de los egipcios en la revolución del 2011 que acabó con la caída de Mubarak el 11 de febrero de ese año. Apoyó la destitución de Mursi, pero pronto criticó a las nuevas autoridades, que empezaron a ejercer una dura represión contra los opositores.

«Al-Sisi no está diciendo la verdad, muchas promesas que hizo el año pasado no se están cumpliendo», dijo a la agencia Efe, Mohamed Nabil, del Movimiento 6 de Abril. Esta formación juvenil llamó a los egipcios a protestar ayer tras el asesinato de la activista socialista Shaimaa al-Sabagh en una marcha el sábado. Al-Sabagh, de 33 años, se manifestaba junto a otros miembros del Partido Alianza Socialista Popular para depositar flores en la plaza de Tahrir, en memoria de los manifestantes que murieron en el 2011 a manos de las fuerzas de seguridad.

El partido dijo que su muerte fue un «asesinato premeditado». Ayer, Sabagh fue enterrada en Alejandría en un funeral multitudinario. La mujer murió por el impacto de unos disparos a corta distancia de los que se acusa a las fuerzas de seguridad, aunque estas niegan haber disparado. La justicia investiga el caso.

ABRIR FUEGO

Tahrir estaba ayer tomada por las fuerzas de seguridad para evitar que los manifestantes se concentraran allí. Diversos puntos de El Cairo estaban bloqueados por la policía y las medidas de seguridad se incrementaron en las principales ciudades. El Gobierno dijo que quería evitar una nueva jornada negra, después de que el año pasado, en el tercer aniversario de la revolución, murieran unas 60 personas.

Según las autoridades, los manifestantes abrieron fuego en algunas protestas contra las fuerzas de seguridad, lanzando perdigones, fuegos artificiales y cócteles molotov. Los Hermanos Musulmanes, grupo declarado terrorista a finales del 2013, denunciaron la muerte de dos de sus seguidores ayer. Para la Hermandad, Egipto «ha retrocedido tras el golpe militar del 2013 que derrocó al presidente legítimo y elegido (Mursi), encarcelado sin una acusación real», según declaró un portavoz a Efe.

En cambio, los partidarios de Al-Sisi consideran que el país está volviendo a la calma y a la mejora económica. Las celebraciones oficiales del aniversario de la revolución fueron canceladas por el Gobierno egipcio como gesto de respeto por la muerte del rey saudí Abdalá bin Abdulaziz, gran aliado de Al-Sisi.