PRIMARIAS REPUBLICANAS EN EEUU

Gingrich da la campanada en Carolina del Sur y reabre la carrera republicana

El expresidente de la Cámara de Representantes obtiene una victoria apabullante sobre Romney

RICARDO MIR DE FRANCIA / Washington

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La mejor defensa es el ataque, y más cuando se trata de convencer a un electorado poco amigo de las medias tintas. Después de un quinto puesto en New Hampshire que reabrió las especulaciones sobre su abandono de la carrera republicana,Newt Gingrichdio anoche la campanada enCarolina del Sur con unaapabullante victoria sobre Mitt Romney. Con el 95% escrutado, el expresidente de la Cámara de Representantes aventajaba en 13 puntos a Romney, considerado hasta ahora por todos como el hombre llamado adisputar la reelección al presidente Barack Obama en noviembre.

Este resultado reabre la batalla en una contienda que parecía decidida nada más empezar.Tres estados y tres ganadores.Rick Santorum, en Iowa (tras un segundo recuento); Romney, en New Hampshire y Gingrich, en Carolina del Sur. La suya además es unavictoria sin paliativos. Obtuvo más votos que ninguno de sus tres contrincantes entre los evangélicos y elTea Party, entre los hombres y las mujeres, a pesar del últimoescándalo sobre sus infedelidades, revelado esta semana por su segunda mujer. Solo los votantes autodeclarados como “moderados o progresistas” prefirieron a Romney, según las encuestas a pie de urna.

A falta del escrutinio final,Gingrich obtuvo el 40% de los votos, seguido por Romney (27%), Santorum (17%) y Ron Paul (13%). Poco después del cierre de las urnas, Romney felicitó publicamente a Gingrich, pero añadió quela pelea no ha hecho más que empezar. “La carrera se ha vuelto incluso más interesante”, dijo rodeado de su familia. “Todavía nos queda mucho camino por recorrer y mucho trabajo que hacer”, añadió. En otras circunstancia, su derrota entraría dentro de lo razonable, teniendo en cuenta que Carolina del Sur es uno de los estados más conservadores de la Unión, con un peso importante de la derecha evangélica, parte de la cual, considera al mormonismo practicado por Romney, quien llegó a ser obispo, una secta.

Un rey Midas

Pero a juicio de la ventaja que le daban las encuestas hace solo una semana es evidente que han calado los ataques de sus rivales, que lo han presentado como un rey Midas alejado de la realidad, un tiburón capitalista más preocupado de exprimir las ubres de las empresas que compró al frente de Bain Capital que de preservar los empleos de sus trabajadores. “Si los líderes republicanos quieren unirse al presidente en demonizar la prosperidad”, aseguró, “no lograrán dar la talla para ser nuestro nominado”.

A Romney le espera en Florida una prueba de fuego, que servirá para comprobar siGingrich se puede convertirse en la alternativa que buscaban las bases ultraconservadoras. Anoche demostró que puede hacerlo. Es astuto, crudo, no se rinde y está dispuesto a jugar tan sucio como el que más. Sin dejarse llevar por la euforia de la victoria, anoche habló emocionalmente atemperado, pero reprodiciendo unos mensajes que resuenan poderosamente en la América conservadora. Cargó contra las élites en Washington y Nueva York, acusándolas de ser indiferentes a los problemas de los estadounidenses y promover el “odio contra la religión”. Llamó “dictador” a un juez del Tribunal Supremo, se refirió a Obama como un “radical peligroso” que aspira a hacer de EE UU “un país laico y burocrático” como los europeos, renunciando al excepcionalismo estadounidense.

Nadie debería subestimar a Gingrich.Obama es un presidente impopular y, con la crisis todavía mordiendo, los estadounidenses están enfadados. Gingrich más que ningún otro candidato, habla para ellos.