CONTROVERSIA SOBRE LA APLICACIÓN de la pena CAPITAL en eeuu

Georgia aplaza la ejecución de Troy Davis a la espera del Supremo

Michael Henry y otros manifestantes en una concentración a favor de Troy Davis, en Atlanta (Georgia).

Michael Henry y otros manifestantes en una concentración a favor de Troy Davis, en Atlanta (Georgia).

EL PERIÓDICO
WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una de las tres veces antes de ayer en que Troy Davis había tenido fecha fijada para su ejecución, esta se suspendió hora y media antes de lo previsto. Ayer, en la cuarta cita con la inyección letal de este hombre negro de 42 años convertido en emblema del clamor internacional contra la pena de muerte, la angustia se estiró aún más.

La ejecución de Davis, condenado en 1991 por el asesinato dos años antes de un policía fuera de servicio, estaba fijada para las siete de la tarde en Georgia (la una de la madrugada en España). Más de una hora después, seguía sin llevarse a cabo. Un complicado proceso de recursos de último momento de sus abogados ante instancias judiciales estatales llegó hasta el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Y ante la falta de pronunciamiento inmediato del Alto Tribunal, las autoridades de Georgia decidieron retrasar, siquiera temporalmente, la ejecución.

LOS TESTIGOS / «Estamos en un retraso, esperando una decisión del Supremo, no es un aplazamiento», aclaró un oficial de la prisión de Jackson donde se debía llevar a cabo la ejecución. Era la penúltima vuelta de tuerca en un caso ya desde hace tiempo rodeado de polémica. Siete de los nueve testigos que inculparon a Davis del asesinato del agente Mark MacPhail se desdijeron posteriormente -una vez que ya había sido condenado a muerte-, en algunos casos asegurando haberle acusado bajo presiones de la policía. Sus abogados apelaron constantemente a la ausencia de pruebas físicas que le vincularan con el asesinato, cuya arma del crimen nunca se localizó. Y las dudas alimentaron una campaña internacional contra la ejecución, con múltiples peticiones de clemencia de Amnistía Internacional (AI), de la Unión Europea (UE) y de numerosos grupos de derechos civiles.

Ayer mismo, los abogados de Davis presentaron un recurso en un tribunal de condado cerca de Atlanta argumentando que las pruebas balísticas que le vincularon al homicidio fueron erróneas. Fue rechazado. Los letrados también aseguraron que Davis se sometería al detector de mentiras si la Junta de Perdones y Libertad Vigilada de Georgia, que el día anterior rechazó su petición de clemencia, estaba dispuesta a considerar los resultados, pero ese recurso tampoco prosperó. Fue entonces cuando se apeló al Supremo federal.

La angustia del retraso solo servirá para incrementar la oposición a la ejecución, ya objeto de una campaña internacional que se ha intensificado en los últimos días. El viernes pasado, AI entregó más de 630.000 cartas en las que se pedía su suspensión, incluyendo una del expresidente de EEUU Jimmy Carter, el papa Benedicto XVI, la actriz Susan Sarandon y 51 congresistas estadounidenses.

EUROPA / También en Europa se alzaron voces contra la ejecución de Davis. El Comité de Ministros del Consejo de Europa solicitó ayer la conmutación «de urgencia» de la pena de muerte del reo, teniendo en cuenta «las serias dudas que pesan sobre su culpabilidad». Francia y Alemania exigieron también a las autoridades de Georgia que paralizaran la aplicación de la sentencia. «Cometerían una falta irreparable» si no lo hicieran, declaró el portavoz adjunto del Ministerio de Exteriores francés, Romain Nadal.

El Gobierno alemán recibió «con consternación» el rechazo de la demanda de gracia de Davis. «Una ejecución es irreversible, un error judicial no sería reparable. Por eso pido a las autoridades del estado de Georgia y de EEUU que impidan la ejecución», declaró Markus Löning, delegado de derechos humanos del Ministerio de Exteriores alemán.

La familia de MacPhail, el policía asesinado cuando vigilaba un Burger King de Savannah, sí quiere la ejecución. «Ha tenido tiempo para demostrar su inocencia y no es inocente», ha declarado su viuda. «Tenemos leyes para que no haya caos. No vamos a matarle porque queramos, van a ejecutarle porque ha sido castigado».