UN REFERÉNDUM HISTÓRICO

Fustazo al 'sí'

El importantísimo y valioso sector hípico escocés celebra el triunfo del 'no', que le permite mantener su negocio ecuestre

JOSÉ I. CASTELLÓ / Barcelona

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Ni por una nariz. Ni por una cabeza. Ni por un cuello. Por 10,8 cuerpos ha aventajado en la línea de meta el purasangre del 'no' al del 'sí' en el referéndum escocés. Todo un alivio para el deporte británico de las carreras de caballos, que tanta tradición tiene y dinero mueve en el Reino Unido, temeroso de que una posible independencia pusiese en peligro el futuro de los cinco hipódromos escoceses que funcionan actualmente.

Tras conocerse los resultados, un elocuente “¡Uf!”, escrito en el twitter de Harriet Graham, entrenador y director de los hipódromos escoceses de Musselburg Perth, ha resumido la angustia que han pasado estos meses los profesionales de las carreras de caballos en Escocia. Un sector con notable protagonismo dentro y fuera de sus fronteras, como lo constata la histórica pista de Ayr --inaugurada en 1771--, el famoso jockey Ryan Mania --quien consiguió ganar, en el 2013, la espectacular carrera de obstáculos del Grand National de Aintree, después de 50 años de no conseguirlo ningún escocés-- o la presencia en sus gradas de aficionados como el propio primer ministro Alex Salmond, gran seguidor y excronista hípico.

Un duro coste

La razón principal del rechazo generalizado de la industria hípica escocesa, representada por las hipódromos de Ayr, KelsoHamilton Park, Musselburgh y Perth, se ha debido a que este deporte en Escocia genera el 6% de las apuestas hípicas británicas, un volumen no muy sustancioso, pero suficiente para financiar sus competiciones y que las instalaciones no sean deficitarias. Algo difícil de mantener de haberse separado Escocia, pues el coste de la puesta en marcha de toda una industria que depende de los grandes centros ecuestres de Inglaterra hubiese sido muy complicado.

En este sentido, el entrenador escocés Hugo Palmer, afincado en el centro inglés de Newmarket, ha declarado que se siente orgulloso de ser escocés, pero que para el bien de las carreras hoy se siente "más que nunca británico". Igual que muchos, pero muchos profesionales hípicos escoceses. Al fin y al cabo, el resultado final ha sido concluyente: de las cinco regiones con hipódromos, en todas el 'no' ha acabado imponiéndose.

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