Francia restablecerá el control de fronteras durante la cumbre del Clima

El cierre del espacio Schengen se prolongará del 13 de noviembre al 13 de diciembre

ESPAÑA BLINDA SU FRONTERA CON FRANCIA POR CATALUÑA PARA EVITAR ENTRADA DE ANTISISTEMAS

ESPAÑA BLINDA SU FRONTERA CON FRANCIA POR CATALUÑA PARA EVITAR ENTRADA DE ANTISISTEMAS / RT/ASC

EVA CANTÓN/PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que arranca en París el próximo 30 de noviembre no es sólo un reto político en el que está en juego el futuro del planeta. Es también un rompecabezas en materia de seguridad que ha llevado a las autoridades francesas a decretar el restablecimiento del control de fronteras del espacio Schengen durante un mes, según se recoge en una nota del Ministerio francés de Asuntos Exteriores a la que ha tenido acceso El Periódico.

Así, desde el 13 de noviembre y hasta el próximo 13 de diciembre los ciudadanos de los seis países que comparten frontera con Francia (España, Italia, Suiza, Alemania, Luxemburgo y Bélgica) pueden verse obligados a tener que presentar su pasaporte o DNI para acceder a territorio galo. 

CLÁUSULA DE SALVAGUARDA

Francia se acogerá de este modo a la cláusula de salvaguarda contemplada en el artículo 23.1. de los acuerdos de Schengen, que autoriza a los Estados a recuperar el control de sus fronteras en circunstancias excepcionales tras consultar con el resto de socios.

Se trata de situaciones en las que exista una “amenaza grave para el orden público y la seguridad interior”, en cuyo caso el cierre puede extenderse un máximo de seis meses, o para hacer frente a “acontecimientos imprevistos”, eventualidad que permite la rehabilitación de las fronteras durante cinco días.

La aplicación de este tipo de medidas suele limitarse a la existencia de una amenaza inminente de atentado terrorista o a la celebración de eventos internacionales en los que se espera una afluencia masiva de personas, como cumbres de líderes o grandes acontecimientos deportivos. 

Francia ya lo hizo durante la reunión del G20 que tuvo lugar en Cannes entre el 3 y el 4 de noviembre del 2011. Sin embargo, en esta ocasión, la duración de la Conferencia del Clima (del 30 de noviembre al 11 de diciembre) extiende los controles durante un periodo excepcionalmente largo que, de aplicarse con celo, puede ocasionar no pocos problemas en el tráfico rodado transfronterizo.

Visados de corta duración

Además de los 80 jefes de Estado y de Gobierno presentes el día de la inauguración, el Gobierno francés espera la llegada de unos 10.000 delegados nacionales de 196 países. A ellos se sumarán unos 20.000 observadores de organismos internacionales –entre ellos del Banco Mundial-- miembros de la sociedad civil, ONG’s y cerca de 5.000 periodistas acreditados.

Tanto en los días previos como de manera simultánea a los actos enmarcados en la cumbre, París celebrará numerosas reuniones, muchas de ellas organizadas por observadores, colectivos ecologistas y asociaciones juveniles internacionales. E

En este sentido, la circular del Ministerio de Exteriores señala que los delegados acreditados para el evento deberán tener un visado de corta duración por “motivos profesionales” y que los participantes en otras actividades paralelas, organizadas al margen de la cumbre, tendrán también un visado de corta duración por “visita privada”. Algunas asociaciones ecologistas temen que todo ello dificulte la llegada de delegaciones de países a los que les resulte difícil obtener el visado. 

La Conferencia tendrá su sede en el Parque de Exposiciones de le Bourget, a las afueras de París y será ahí donde se celebren las negociaciones en presencia de los líderes, cuya seguridad correrá a cargo de Naciones Unidas. Sin embargo, las autoridades francesas se encargarán de la seguridad de todo el perímetro de acceso.

Otro punto sensible es la gran cantidad de manifestaciones previstas durante la cumbre. París espera la Marcha Mundial por el Clima el 29 de noviembre, víspera de la inauguración y para ello se han movilizado entre 4.000 y 5.000 policías y gendarmes, el mismo despliegue que vivió la capital francesa durante la marcha republicana del 11 de enero del 2015, tras los atentados de Charlie Hebdo.