El FMI apunta a una quita ante la «insostenible» deuda griega

El organismo aboga por un nuevo rescate y reestructurar los plazos de la deuda

La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alexis Tsipras podría haber encontrado en el Fondo Monetario Internacional el aliado que necesita para desentrampar el futuro de Grecia a solo tres días del trascendental referéndum convocado por su Gobierno. El organismo multilateral dijo el lunes que el país heleno necesitará una ayuda adicional de 50.000 millones de euros en los próximo tres años, así como una reestructuración de los plazos de la deuda para recuperar la estabilidad financiera. Pero ese balón de oxígeno llegó también acompañado de reproches implícitos al Ejecutivo de Syriza. El Fondo considera que sus decisiones han contribuido a que la deuda se haya vuelto «insostenible».

El informe sostiene que hasta mediados del año pasado, unos meses antes de que Syriza llegara al poder en enero del 2015, las finanzas griegas estaban lo suficientemente bien encaminadas para que la deuda se fuera reduciendo progresivamente hasta el 117% del PIB en el 2022, unos niveles que el Fondo considera manejables. Pero, desde entonces, el retraso en las privatizaciones de activos públicos y en la implementación de las reformas estructurales prescritas por la troika han hundido las posibilidades de Atenas para cumplir con los vencimientos. «La clave aquí es que Grecia tiene una deuda muy elevada y necesita espacio para respirar», dijo un alto cargo del FMI en un briefing a la prensa.

Dadas las nuevas circunstancias, el Fondo estima que Grecia necesitaría un nuevo rescate de la eurozona cercano a los 52.000 millones de euros hasta finales del 2018, «lo que requeriría una nueva aportación europea de al menos 36.000 millones de euros durante ese período». También cree, como ha demandado el Gobierno de Tsipras, que habría que «extender significativamente» los plazos de vencimiento de la deuda. Habla concretamente de un período de gracia de 20 años, durante los cuales quedaría exento de pagos.

Pero incluso asumiendo que Alemania y el resto de sus socios europeos estén dispuestos a concederle una moratoria y a desembolsar un nuevo rescate, el organismo no descarta que sea necesaria una quita. «Si el paquete de reformas que se está considerando se debilita todavía más --dice el informe- será necesario aplicar quitas a la deuda», concretamente de un 30%.

Nueva presión

Las proyecciones del FMI, que se concluyeron antes de que Grecia impusiera el corralito bancario e impagara los 1.600 millones que le debe al Fondo, está llamado a añadir presión tanto a los acreedores europeos como al Gobierno de Syriza. Desde Atenas, sin embargo, un portavoz de Tsipras afirmó que el informe «justifica completamente» la posición del Ejecutivo sobre la viabilidad de la deuda. «Constituye una confesión del fallo del rescate», dijo el portavoz Gabriel Sakellaridis.

Falta ver cómo lo interpreta el electorado. Si lo ve como un reconocimiento de la supuesta mala fe de Bruselas por negarse a negociar un alivio de la deuda o como el fracaso de las políticas de Syriza.