EL CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO

Explotadas por la yihad sexual

Chicas que se unen al Estado Islámico son forzadas a casarse con decenas de hombres

Las adolescentes Samra Kesinovic, de 16 años, y Sabina Selimovic, de 15.

Las adolescentes Samra Kesinovic, de 16 años, y Sabina Selimovic, de 15. / periodico

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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Igual que a centenares de musulmanes, el Estado Islámico también atrae a muchas chicas que desean convertirse en fieles esposas de muyahidines y en madres de futuros combatientes. No obstante, los testimonios de jóvenes que han pasado por esa experiencia demuestran que lo que el Estado Islámico tiene pensado para ellas es una pura y simple explotación sexual.

El último de los testimonios de la que se conoce ya como 'yihad al nikah' (yihad sexual) es el de una universitaria tunecina de 21 años que en el 2012 se desplazó a Siria con su marido para unirse a la yihad. Según relató al semanario tunecino 'Al Mijhar', allí se la obligó divorciarse de su primer esposo para casarse con un líder yihadista. Una semana más tarde, a la joven la forzaron a divorciarse de nuevo para desposar a otro yihadista, en un matrimonio al que siguió una sucesión incesante de bodas. En un año, según contó, a la joven la hicieron casarse con 152 hombres.

Matrimonios por horas

Según explicó, cada semana «tenía derecho a cinco nuevos maridos». La joven, que ha vuelto embarazada a Túnez, relata que la mayoría de las veces esos matrimonios duraban apenas unas horas, las justas para satisfacer los deseos sexuales de los yihadistas. Los mandos yihadistas les decían a las jóvenes que «al satisfacer las pulsiones sexuales de los yihadistas les devolvían de nuevo su fuerza para vencer al enemigo». La chica explicó a la revista que no podían negarse a mantener relaciones sexuales. Al estar la prostitución prohibida por el Islam, los yihadistas emplean la figura del matrimonio temporal -sobre el que hay dudas de que exista realmente en la ley islámica- que consiste en un contrato matrimonial que permite mantener relaciones sexuales pero que se extingue a las pocas horas.

Otra joven tunecina explicó que en Siria residía en una casa con otras 17 chicas, entre las que había sirias, egipcias, marroquís e incluso europeas. Las chicas estaban siempre maquilladas y a punto por si llegaba algún combatiente. Abú Qusay, un yihadista tunecino arrepentido, confirmó la existencia de esa yihad sexual.

Países como Túnez, Malasia o Gran Bretaña y Australia han reconocido la presencia de ciudadanas suyas realizando esa yihad sexual y aseguran que no siempre fueron engañadas. «Estas mujeres malasias tiene claro que van a ofrecerse como alivio sexual», dicen fuentes del Gobierno malasio.

Chicas que quieren volver

Los rostros más conocidos de esa yihad sexual son los de Samra Kesinovic, de 17 años, y Sabina Selimovic, de 15, dos adolescentes austríacas hijas de familias bosnias, que en abril se fueron a la yihad. Ahora, seis meses después, las jóvenes, que han quedado embarazadas, han logrado contactar con sus familias y quieren regresar a casa.

Las redes sociales tambén están siendo utilizadas para convencer a esas jóvenes. «Yo nunca seré capaz de hacer justicia con la espada», dice en las redes sociales Umm Layth, una yihadista británica que está en Siria y que dice que la mayor felicidad de esas mujeres es saber que su esposo cayó como un mártir.

De hecho, tras conquistar Mosul el pasado julio, los responsables yihadistas hicieron un llamamiento a las mujeres musulmanas de la ciudad «a satisfacer» a los muyahidines y así «limpiarse». Además, el Estado Islámico ha llegado a abrir una oficina matrimonial en la localidad siria de Al Bab a la que, según la propia propaganda, «pueden acudir las jóvenes y viudas que quieran casarse con un combatiente» y donde incluso ofrecía viajes de novios por el territorio del califato.