Tatuajes en Pionyang

Dennis Rodman fue más conocido en las pistas por sus volcánicas y extemporáneas reacciones que por el cultivo de la diplomacia florentina. No parece la mejor baza estadounidense para aceitar las relaciones con Corea del Norte, pero los caminos de la geopolítica son inescrutables. La exestrella de la NBA ha aterrizado este martes en Pionyang junto a tres miembros del virtuoso equipo de los Globetrotters para filmar un documental de una cadena de televisión estadounidense. El Departamento de Estado se ha desmarcado del viaje, que ha calificado de "privado".

El apodado 'Gusano' apareció con sus tatuajes, sus 'piercings' y su pelo teñido bajo una gorra girada en un país estalinista donde la moda masculina no va mucho más allá de trajes militares caquis. No abundan los precedentes de compatriotas suyos en Corea del Norte, donde se enseña a los niños a odiar y trabajar en la aniquilación del "enemigo imperialista". Los expresidentes Jimmy Carter y Bill Clinton viajaron fugazmente al país asiático años atrás para negociar la liberación de estadounidenses capturados tras cruzar ilegalmente la frontera. Eric Schmidt, director ejecutivo de Google, se reunió en Pionyang con oficiales en una sorprendente visita de cuatro días en enero.

Quizá Rodman lo desconociera cuando confirmó a los periodistas norcoreanos que era su primera visita. "Y creo que también es la primera vez para el resto de chicos", señaló en referencia a sus acompañantes. Rodman ha mostrado más buenas intenciones que conocimientos sólidos hasta el momento. "Vengo en son de paz. Estoy ansioso por sentarme al lado de Kim Jong-un [el líder norcoreano]. Amo al pueblo norcoreano”, anunció en su cuenta de Twitter.

Gangnam Style

No es al único al que quiere conocer. "Quizá me encuentre al tipo del Gangnam Style mientras esté ahí", añadió, en referencia a PSY, el rapero que cabalga sobre un caballo imaginario. Ocurre que PSY, aunque coreano, vive al sur del paralelo 38, que divide una península aún en estado teórico de guerra. Está previsto que los baloncestistas participen en varios campus de baloncesto con niños, compitan con atletas de élite nacionales y visiten los monumentos más célebres. No está confirmado aún que el dictador norcoreano les conceda audiencia.

La visita de Rodman no es casual. Entre las pocas certezas biográficas de Kim Jong-un figura su devoción por la NBA en general y, más concretamente, por los Chicago Bulls y Michael Jordan. Rodman, ganador de tres anillos, apuntaló aquel equipo durante la década de los 90 con su febril defensa y sus rebotes. El Salón de Regalos de Pionyang reserva un lugar preferente a la camiseta firmada de Michael Jordan que la exsecretaria de Estado Madeleine Albright regaló en el 2000 al padre del actual dictador, Kim Jong-il.

Cultura occidental

En el internado suizo donde estudió durante su adolescencia profundizó en la cultura occidental, a diferencia de los predecesores de la única saga dinástica estalinista del mundo. Pocos meses después de su subida al poder, tras la muerte de su padre en diciembre del 2011, presidió una gala televisiva donde actuaron Mickey, Pluto y otros iconos de Disney, se escuchó a Frank Sinatra y se emitieron imágenes de 'Rocky'.

En esos detalles descansaba el optimismo global hacia un giro que no llega. Kim Jong-un acumula en un año de Gobierno dos lanzamientos de misiles y un ensayo nuclear. Mientras Rodman disfruta de la hospitalidad norcoreana, Washington aprieta a la ONU para aumentar las sanciones.