Reunión del Consejo Europeo

Europa desarrollará sus 'drones' para no depender de EEUU

Rajoy habla con su colega italiano, Enrico Letta, ayer.

Rajoy habla con su colega italiano, Enrico Letta, ayer.

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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Los líderes de la Unión Europea (UE) acordaron ayer desarrollar una nueva generación de aviones pilotados por control remoto (drones) de gran resistencia para operaciones militares y civiles. Este es uno de los proyectos emblemáticos del nuevo impulso a la política de defensa europea y a su industria militar que consensuaron los jefes de Estado y de Gobierno durante la primera jornada de la cumbre en Bruselas para no quedar atrás en un elemento clave de la tecnología militar del mañana y no depender como hasta ahora de EEUU en este campo.

El objetivo es desarrollar de cara al horizonte 2020-2025 un drone capaz de volar a media altura (entre 3.000 y 9.000 metros) de forma segura en el mismo espacio aéreo que utilizan las líneas aéreas civiles.

España, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Polonia y Grecia ya han anunciado que participarán en el proyecto de desarrollo de este drone de nueva generación. Los líderes  acordaron que el proyecto pueda beneficiarse de las ayudas europeas para investigación y desarrollo desde el año próximo.

CIBERDEFENSA / Otros proyectos prioritarios en el ámbito militar acordados fueron el desarrollo de capacidades europeas para el reabastecimiento de aviones en vuelo, la preparación de una nueva generación de satélites de comunicaciones en colaboración con la Agencia Espacial Europea y el establecimiento de un marco común europeo de defensa cibernética.

Los líderes acordaron asimismo definir una estrategia de seguridad marítima de la UE para junio del 2014 ante la inestabilidad del Mediterráneo y un plan de acción para fortalecer la industria de defensa con participación de las pequeñas y medianas empresas.

Esta ha sido la primera vez en cinco años que los líderes han mantenido un debate sobre las capacidades militares y defensivas de la UE. El estallido de la crisis financiera en el 2008 y las dos recesiones sucesivas que generó en la eurozona obligó a los Veintiocho a centrarse casi exclusivamente en los problemas económicos y financieros europeos.

Ahora, con la crisis económica y financiera más bajo control, los líderes han querido dar un nuevo impulso a la política de defensa europea, en especial ante un entorno internacional con crecientes riesgos potenciales para la seguridad de la UE, como la inestabilidad sociopolítica en la orilla sur del Mediterráneo, la guerra de Siria y la alarmante expansión territorial del campo de actuación de los movimientos yihadistas islámicos.

El nuevo impulso para fortalecer la industria de defensa europea y la capacidad de intervención militar y civil de la UE en crisis internacionales no pretende, sin embargo, constituir una defensa autónoma europea, ya que los líderes acordaron que esos nuevos progresos «continuarán desarrollándose de forma complementaria con la OTAN».

MAYOR CONTRIBUCIÓN / El primer ministro británico, David Cameron, ya había advertido al llegar que Londres bloquearía cualquier pretensión de desarrollar una defensa autónoma europea al margen de la OTAN. El primer ministro belga, Elio Di Rupo, reconoció que se trataba de dar un nuevo paso adelante, aunque se «esté lejos de una defensa integrada europea».

El presidente francés, François Hollande, aprovechó la cumbre para pedir que la UE asuma una mayor contribución financiera para costear las misiones de paz internacionales, como la reciente operación en Mali y la actual en República Centroafricana. El coste de ambas misiones ha sido asumido casi totalmente por Francia, que tiene dificultades para reducir el déficit público.

Hollande defendió la creación de un fondo europeo destinado a financiar el coste de las intervenciones de urgencia en países en crisis, pero encontró una fría acogida, en especial de Alemania.