Guerra civil en Europa oriental

16.000 violaciones del alto el fuego en una semana en el este de Ucrania

La OSCE constrata la huida de civiles de las zonas bombardeadas

Un soldado ucraniano patrulla Novoluhanske (Ucrania).

Un soldado ucraniano patrulla Novoluhanske (Ucrania). / periodico

Marc Marginedas

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Los bombardeos y los partes de bajas no han estado nunca ausentes en la guerra del este de Ucrania, pese a la vigencia de un alto en fuego desde hace casi tres años y su escaso impacto en los medios de comunicación internacionales. Sin embargo, en los últimos diez días, la zona ha experimentado un repunte de las acciones armadas, con la friolera de 16.000 violaciones del cese de hostilidades contabilizadas por la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

"Constatamos con preocupación un gran deterioro de la situación de seguridad .... que no ha sido registrado desde febrero de este año", ha detallado un comunicado emitido por la OSCE. Según el Departamento de Estado, el año que ahora acaba se convertirá en el peor, en términos de bajas civiles y de cifra de rupturas de la tregua, desde la entrada en vigor de los Acuerdos de Minsk II en febrero del 2015.

Los principales bombardeos han tenido lugar en la localidad de Novoluhanske, bajo control del Gobierno, y afectaron a unas 2.000 personas, según la OCHA, la agencia humanitaria de la ONU. Varias decenas de edificios de la población han resultado dañados, entre ellos escuelasguarderías y un hospital, por los disparos realizados desde posiciones prorrusas, que han obligado a decenas de personas a abandonar sus hogares cuando el invierno tan solo acaba de empezar. 

Como viene siendo habitual, ambos bandos han intercambiado duros reproches y han responsabilizado al contrario de este nuevo brote de violencia. El Ejército de Ucrania ha acusado a las milicias prorrusas de abrir fuego en 40 ocasiones contra la población y con baterías de cohetes de lanzamiento múltiple. 

Por su parte, los mandos rebeldes han asegurado que los ataques del bando gubernamental se habían doblado en las últimas 24 horas, al tiempo que han negado haber atacado Novoluhanske.

Planta de filtración de agua

Especial preocupación generan los combates alrededor de la planta de filtración de agua de Donetsk. Las tuberías transportan gas cloro, de efectos potencialmente devastadores para la población de los alrededores en el caso de que las instalaciones acaben resultando dañadas por los bombardeos. Otra noticia inquietante es la retirada de Rusia, principal valedor de los rebeldes, del denominado Centro Conjunto para la Coordinación y el Control (JCCC, por sus siglas en inglés) un órgano que supervisa la aplicación de ese alto el fuego tan violado en la práctica. El gesto emprendido por el Kremlin compromete la seguridad de la misión de la OSCE en la zona.  

Los intentos para evitar que descarrile el proceso de paz emprendido en la capital de Bielorrusia en el 2015 no han dado frutos. La comunidad internacional se ha planteado enviar al este ucraniano una misión de la ONU, pero la falta de acuerdo entre Kiev y Moscú sobre el lugar donde ésta debe ser desplegada lo ha impedido hasta el momento. Mientras que las autoridades ucranianas quieren que lo haga en la frontera internacional ruso-ucraniana, el lugar por donde penetra el apoyo militar y los suministros logísticos enviados desde Rusia a los rebeldes, el Kremlin prefiere al eventual contigente de cascos azules posicionado en la linea de separación entre ambos bandos.           

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