POLÉMICA EN ALEMANIA

Alemania juzga a Lutz Bachmann, el líder de Pegida, por incitación al odio contra los refugiados

El controvertido fundador del movimiento islamófobo alemán se enfrenta a hasta cinco años de prisión por llamar "basura" a los refugiados

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33595285 60 / Robert MICHAEL

Carles Planas Bou / Berlín

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Dresde se ha despertado este martes siendo el centro atención de toda Alemania. A las diez de la mañana el tribunal de esta ciudad del este del país ha abierto las puertas del juzgado a Lutz Bachmann, controvertido líder del movimiento islamófobo PEGIDA. La fiscalía le acusa de incitación al odio por haber llamado “ganado” y “basura” a los refugiados en escritos publicados en su cuenta personal de Facebook en septiembre del 2014, antes del nacimiento del grupo xenófobo.

La Fiscalía de la capital del Estado de Sajonia ha remarcado que sus comentarios constituyen un “ataque a la dignidad de los refugiados” y que pueden ser considerados como incitación al odio  y una “alteración del orden público” por una cuestión de raza, nacionalidad, etnia y religión, un delito particularmente estigmatizado en el país. Eso podría costarle una cuantiosa multa e incluso una pena de entre tres meses a hasta cinco años de prisión.

Bachmann, que ha entrado en el tribunal con una placa negra cubriéndole los ojos como si fuera un pixelado y con un cepillo de dientes en las manos, declarará durante tres días de audiencia que ya ha denunciado como un juicio político. Su abogada ha asegurado que no hay pruebas de que Bachmann escribiese los comentarios y que se podría tratar de un ataque hacker. Un grupo de simpatizantes se ha congregado frente a los tribunales de Dresde para pedir la absolución de este alemán de 43 años

IMPULSOR DEL ANTIISLAMISMO ALEMÁN

Su figura es de las más polémicas e incendiarias de Alemania. Hijo de un carnicero, Lutz se dio a conocer en la arena pública al fundar el movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA) en octubre del año 2014. Su mensaje protestaba contra los refugiados y los musulmanes, “criminales invasores” bajo su punto de vista, y contra la clase política de Berlín que permitía su llegada, a quienes califica de “traidores”.

Los medios aún no lo conocían pero sí los tribunales. Antes de encabezar el auge de la xenofobia en Alemania su historial ya estaba manchado con diversos delitos. Entre sus antecedentes penales figuran hasta 16 cargos por robo, asalto, tráfico de cocaïna y conducción bajo los efectos del alcohol. Tras ser condenado a tres años de prisión en 1998 Bachmann se fugó a Sudáfrica pero fue detenido y deportado de nuevo a su país.

Lo que empezó como un pequeño grupo de críticos contra el Islam en el este de Alemania fue tomando cuerpo y ganando adeptos en todo el país. Los atentados yihadistas en París y la política de apertura de puertas impulsada por la cancillera Angela Merkel dieron alas a su discurso ultraderechista y la formación llegó a agrupar a 25.000 manifestantes.

Aún así, Bachmann tuvo que saborear en la sombra el éxito social de PEGIDA, convertida en el gran referente del antiislamismo alemán. En enero del año pasado salió a la luz una fotografía del líder xenófobo caracterizado con el bigote y el peinado de Adolf Hitler. A pesar de que Bachmann remarcó que se trataba de una foto antigua haciendo una broma la fuerte repercusión internacional forzó su dimisión al frente de PEGIDA.

CONTRA LA POLÍTICA Y LOS REFUGIADOS

Pero incluso fuera de la dirección del movimiento y bajo investigación judicial, Bachamann ha seguido apareciendo en las concentraciones para lanzar mensajes incendiarios. El pasado noviembre comparó al ministro de Justicia Heiko Maas con Joseph Goebbels, arquitecto del sistema de propaganda nazi, y le acusó de ser el “peor pirómano espiritual”.

Bachmann, calificado de “loco fascista” por la secretaria general del Partido Socialdemócrata Yasmin Fahimi, ha negado reiteradamente su vinculación y la de PEGIDA con la ultraderecha, una estrategia que también ha seguido el partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD). “No quieren mostrar abiertamente su odio a los extranjeros porqué en Alemania tiene muy mala imagen”, apunta Carsten Koschmieder, politólogo del Instituto de Ciencias Políticas Otto Suhr. Eso no ha evitado que entre las filas de sus manifestaciones hayan aparecido neonazis, se hayan difundido mensajes racistas en las redes y se haya asociado al movimiento con ataques violentos a los refugiados.