El Estado Islámico secuestra a casi 50.000 personas para usarlas como escudos humanos en Mosul

Cerca de 8.000 familias, es decir, 47.300 personas, han sido secuestradas y conducidas por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) desde zonas periféricas hacia la ciudad iraquí de Mosul para intentar disuadir al Ejército iraquí de que ataque sus posiciones, confirmó este viernes la ONU.

Si se tiene en cuenta que cada familia iraquí tiene un promedio de seis miembros, son más de 47.300 los civiles que han sido obligados por los yihadistas a trasladarse a Mosul. "Se trata de una cobarde estrategia para hacer inmunes ciertas zonas de las operaciones militares", declaró la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani. A los que se niegan a obedecer las órdenes del Estado Islámico "se les ejecuta en el momento", agregó.

Las familias secuestradas provenían de cuatro áreas distintas en las afueras de Mosul, donde se encuentran más de un millón de civiles y que está sometida desde hace doce días a una gran una ofensiva militar de las fuerzas iraquíes.

La ONU también reveló que los terroristas del EI ejecutaron el pasado miércoles a 242 personas en Mosul. 190 de ellos eran antiguos miembros de las fuerzas de seguridad iraquís, quienes fueron ejecutados en una base militar ubicada en la ciudad.

El resto de víctimas eran 42 civiles asesinados el mismo día de manera separada por negarse a unirse al Estado Islámico. El día anterior, otras 24 personas fueron ejecutadas por los yihadistas, aunque todavía se desconocen los detalle del hecho.

Shamdasani sostuvo que todas estas informaciones han sido corroboradas, pero no son exhaustivas. "Se trata de reportes indicativos de los crímenes que están ocurriendo, lo que significa que el número de ejecutados o de personas desplazadas por el Estado Islámico puede ser mayor", precisó la portavoz.

Sobre la situación en Mosul también preocupan a la ONU los informes que ha empezado a recibir sobre represalias contra supuestos simpatizantes del Estado Islámico por parte de la población. "A algunas personas se les está impidiendo retornar a sus localidades por su supuesto apoyo al Estado Islámico", comentó Shamdasani a ese respecto.

Sobre el terreno, todo apunta a que se va a abrir un nuevo frente de asalto a la ciudad. Hasta ahora, la ofensiva se desarrollaba sobre todo el norte y al este de Mosul y era llevada a cabo por el Ejército iraquí así como por los peshmergas (combatientes kurdos). Ahora, las milicías chiís, formadas por combatientes iraquís que han recibido entrenamiento por instructores iranís, van a intentar avanzar sobre la ciudad por el oeste. Con este movimiento se pretende cerrar el cerco alrededor de Mosul, aislando en la ciudad a los yihadistas y cortando su vía de comunicación con los territorios que controlan en Siria, especialmente, con Raqqa, su capital de facto.

Hasta ahora, el Gobierno iraquí había mantenido a las milicias chiís alejadas de los combates ya que se temía que, como ocurrió en la toma de otras ciudades como Faluya o Tikrit, acabaran cometiendo abusos contra la población suní. 

PESADILLA EN LA CIUDAD

Mientras, para los más de un millón de civiles que permanecen dentro de la ciudad de Mosul, la situación empeora día a día, informa EFE.

Algunos habitantes de los barrios del norte de la ciudad, donde todavía hay cobertura móvil y se pueden efectuar llamadas telefónicas, relataron que la situación es cada vez peor debido a los enfrentamientos que se desarrollan en torno a la ciudad y al bloqueo impuesto por el EI sobre la misma.

Abu Sara, un hombre de 52 años, residente en esa zona, dijo telefónicamente a Efe que Mosul ahora es una "ciudad muerta", tras la ofensiva emprendida por las fuerzas iraquíes, apoyadas por las kurdas y la coalición internacional liderada por EEUU.

"No hay agua potable, hay cortes de luz y nadie camina en las calles por los bombardeos" aéreos de la coalición y de la aviación iraquí, aseguró.