INJUSTICIA EN EL REINO UNIDO

Escandalosa deportación

El Gobierno británico rehabilita al exministro que empleaba a una inmigrante sin papeles pero detiene a la mujer para expulsarla

Rehabilitación 8 El exministro británico Mark Harper.

Rehabilitación 8 El exministro británico Mark Harper.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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Hace cinco meses, el entonces secretario de Estado británico para la Inmigración, el conservador Mark Harper, tuvo que dimitir. La prensa había descubierto que su casa la limpiaba una inmigrante sin papeles. Harper regresó la pasada semana al Gobierno de David Cameron, rehabilitado. Le dieron un puesto en el departamento de Trabajo y Pensiones. Para él la tormenta ha pasado. Su carrera continúa.

La suerte de la asistenta, Isabella Acevedo, ha sido muy diferente. La inmigrante colombiana de 47 años se halla recluida en el centro de internamiento de Yarl's Wood, a la espera de ser deportada. Tres días después de la dimisión del político, la policía la detuvo en circunstancias vergonzosas. La mujer había acudido a la alcaldía de Haringey, en el norte de Londres, para asistir a la boda de su única hija, de 19 años.

Según ha contado a The Guardian, había ahorrado durante muchas semanas para lograr reunir el equivalente a 6.000 euros y poder comprarle a la novia unos zapatos, las flores y la tarta. En el ayuntamiento, minutos antes de que comenzara la ceremonia, un oficial apareció en la sala, le entregó  una citación judicial y la condujo hacia la calle. En la puerta le esperaba la policía, que la llevó directamente al centro de internamiento. Isabella no pudo ver como su hija se casaba.

La mujer había llegado al Reino Unido en el año 2000 con su pequeña, que entonces tenía cinco años. Como otros muchos inmigrantes sin papeles y sin saber apenas inglés, consiguió trabajo limpiando oficinas. Madre e hija dormían en la misma cama, que por turnos también compartían con otros dos inmigrantes. Al cabo de los años empezó a limpiar pisos en unas lujosas viviendas del barrio de Waterloo, no muy lejos del Parlamento. La familia  Harper la contrató en el 2007. Con el político apenas tuvo contacto, pero cuando estalló el escándalo, su primera reacción fue pedirle  disculpas. En aquel momento no se dio cuenta de que era su propia vida la que había cambiado para siempre. «En un solo día destruyeron  una familia, un sueño y un hogar», afirma ahora.