«No entiendo por qué nos matan»

Sami al-Jelda es de apariencia calmada, pero su espíritu es inquieto y curioso. Adora los deportes, especialmente el fútbol-es fan del Barça y de la selección argentina- y de mayor quiere ser arquitecta «para construir casas bonitas». Tiene una inclinación por el arte que le viene de su padre, artista y fotógrafo y dice que quiere irse a estudiar a Ramala (Cisjordania).

Desde que empezó la ofensiva israelí y, sobre todo, desde que una bomba explotó a tan solo 25 metros de su casa -en el barrio antiguo de Gaza ciudad-, tiene pánico. Desea que los ataques cesen y que no les corten tantas horas la luz.

Una vez fue a Jaffa (Israel) porque un tío suyo vive allí y vio a los israelís. «No entiendo por qué nos matan, nos destruyen las casas y nos quieren echar de nuestra tierra. A un profesor de mi escuela le han quemado la casa», cuenta. Su familia, de cristianos ortodoxos, es originaria de Ashkelon y Jaffa, pero en el 48 los israelís los expulsaron.