La Habana espera el encuentro histórico entre el Papa y el patriarca ortodoxo ruso

Casi 1.000 años después de que sus iglesias se separasen, Francisco, el Papa de Roma, y Cirilo (Kirill), el “Papa” ortodoxo de Moscú, se han citado este viernes en Cuba, para un encuentro que tendrá repercusiones religiosas para las dos comunidades, pero también consecuencias politicodiplomáticas para todos los países de la antigua Unión Soviética y Oriente Próximo, especialmente sobre la situación de los cristianos en Siria y Ucrania. 

El patriarca Cirilo se encuentra 'casualmente' en La Habana justo cuando el avión del papa Francisco vuela desde Roma a México, al que se ha añadido, al último momento, una escala de tres horas en la capital cubana. “Yo voy a donde tu me digas, ambos queremos encontrarnos e ir adelante”, había explicado Jorge Bergoglio en noviembre 2014. Se hablarán a solas en castellano y ruso. La elección del lugar no es casual ya que es vista por ambas para como terreno neutral. “Cuba es un lugar neutro, pero simbólico por las dos partes”, ha explicado el portavoz papal, Federico Lombardi.

El 'papa' ruso no es el Papa de todos los ortodoxos (600 millones) como sí lo es el pontífice en la iglesia católica, pero sí es el más influyente en una iglesia ortodoxa que está organizada en comunidades autónomas -las llaman autocéfalas- que al frente de cada una cuentan con un patriarca. El conjunto de patriarcas reconocen al de Istambul (antigua Constantinópla) una especie de primado sobre los demás, aunque sólo moral. Sin embargo, el patriarcado de Moscú, con 200 millones de fieles, lleva la voz cantante.

Juan Pablo II ya había escrito en la encíclica 'Ut Unum Sint' ('Que Sean Uno') sobre la unidad de todos los cristianos. En ese documento, dejó escrito que había que estudiar y reformar la figura o función de los Papas de Roma. De su parte, Francisco está lentamente llevando a la iglesia católica hacia lo que el Papa llama “gobierno sinodal”, con una mayor autonomía de las iglesias locales, o sea hacia el modelo de los ortodoxos. 

Se trata, pues, de un encuentro histórico, que había sido perseguido inutilmente por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI y nunca intentado por todos sus predecesores, aunque varios de ellos, como Juan XXIII y Paulo VI, mantuvieron contactos secretos e informales con el Patriarcado de Moscú. Uno de los canales usados fue el de los corresponsales en Moscú del diario italiano Unità, entonces órgano del mayor partido comunista (PCI) de Occidente.

INTENTOS FRUSTRADOS

Karol Wojtyla, que visitó prácticamente todos los países del planeta, quiso viajar también a Rusia, pero el entonces Patriarca Alexis II se opuso siempre. El veto a Juan Pablo II dependió principalmente del hecho que era polaco y porque permitió que el Vaticano considerase a la Unión Soviética y después a la Federación Rusa como tierra de conquista católica. Por su parte, Benedicto XVI tuvo que ocuparse durante su pontificado de los graves problemas internos del Vaticano y no tuvo demasiado tiempo para pensar en un viaje a Moscú.

La entrevista entre un Papa y el Patriarca tendrá lugar en el mismo aeropuerto de La Habana. Durará dos horas, al final del encuentro firmarán una declaración conjunta y seguidamente recibirán al presidente cubano, Raúl Castro, que ha ejercido de mediador para un encuentro sobre el que, según ha informado el Vaticano, se ha trabajado durante dos años y han intervenido numerosas personas.

Sobre el encuentro,s el Vaticano ha publicado un comunicado en el que se afirma que  “la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú desean que se trate de una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad e invitan a todos los cristianos a orar con fervor para que Dios bendiga este encuentro y pueda producir buenos frutos”. La breve cumbre  “es algo que maduraba desde hacía tiempo y que llevará consecuencias importantes”, ha subrayado esta semana Pietro Parolin, Secretario de Estado del Papa.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Separados desde el 1054","text":"Cat\u00f3licos y ortodoxos se separaron en el a\u00f1o 1054. En apariencia la causa fue religiosa: Los primeros afirmaban que el Espiritu Santo proced\u00eda del Padre y del Hijo (Jesucristo), lo que era rechazado por los segundos. Detr\u00e1s hab\u00eda razones pol\u00edticas, como la defensa de que existiera un Sacro Romano Imperio, frente a la hegemon\u00eda de Bizancio (Constantinopolis, Istambul), con el objetivo de trasladar a Europa la influencia sobre el continente. En 1439, cat\u00f3licos y ortodoxos volvieron a las andadas, intentando firmar una Bula de Uni\u00f3n en el momento en que los turcos, que llamaron \u201cel demonio isl\u00e1mico\u201d, empez\u00f3 a amenazar a Europa y con \u201centrar en san Pedro\u201d. La Bula fue traicionada, Constantinopolis cay\u00f3 y por Europa cundi\u00f3 el terror isl\u00e1mico. Bizancio, conocida como la segunda Roma, fue reemplazada por Mosc\u00fa, conocida tambi\u00e9n como la tercera Roma."}}