EL CONFLICTO DE AFGANISTÁN

El empuje de los talibanes desborda al Gobierno afgano

Unos afganos escuchan la emisora de radio del Estado Islámico, en Jalalabad, el pasado sábado.

Unos afganos escuchan la emisora de radio del Estado Islámico, en Jalalabad, el pasado sábado. / periodico

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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Los talibanes continúan su fuerte empuje en un Afganistán cuyas estructuras estatales se muestran incapaces de hacer frente de manera coordinada y efectiva a esta amenaza. Este lunes, al menos seis militares de EEUU pertenecientes al contingente enviado por la OTAN han muerto y tres policías afganos han resultado heridos en un ataque suicida de los talibán en Bagram, en el este del país, a medio centenar de kilómetros al norte de Kabul. El ataque tuvo lugar cerca de la base de Bagram, el cuartel más grande que EEUU tiene en el país asiático. Un portavoz gubernamental de la región de Parwan, a la que pertenece Bagram, aseguró a la agencia de noticas afgana Pajhwok que el ataque se produjo cuando un suicida que circulaba en moto hizo estallar la bomba que portaba junto a una patrulla.

Horas después, tres cohetes impactaron en un distrito de Kabul que alberga a muchas embajadas extranjeras y edificios gubernamentales, aunque no había información de que se hubiera producido ninguna víctima.

LOS AVANCES

Estos sucesos son sólo los últimos de una serie de operaciones en las que los talibanes han mostrado músculo y han logrado avanzar posiciones. En la provincia de Helmand, en el sur, por ejemplo, los edificios administrativos de la localidad de Sangin han pasado a control talibán, tras un prolongado y sangriento asedio. Esta provincia es el bastión del grupo talibán y una región de abundante cultivo de opio, importante fuente de financiación.

La semana pasada, 50 personas murieron en un asedio talibán de 26 horas al aeropuerto de la cercana Kandahar, lanzado contra “tropas extranjeras y mercenarios”. El 11 de diciembre, dos policías españoles murieron en un ataque talibán contra la Embajada de España en Kabul. El pasado mes de septiembre fue el turno de la localidad de Kunduz, que cayó brevemente en manos de los talibán, en lo que constituyó la primera toma de una ciudad desde su expulsión del poder en 2001, mientras que en junio, el propio Parlamento afgano fue el objeto del ataque. Hace un año, la OTAN concluyó su misión de combate, iniciada en 2001, y decidió mantener unos 13.000 militares (9.800 de ellos, estadounidenses) para adiestramiento de tropas locales. Aunque la idea era retirar la mayoría para el final del año que viene, el deterioro de la situación ha hecho que Washington se replantee su salida. Kabul ve con buenos ojos esta ampliación de la presencia de las tropas extranjeras, ya que la inseguridad se incrementó tras la salida de éstas. También la OTAN mantendrá sus efectivos y está tratando de recabar fondos para la formación de soldados afganos.

LAS NEGOCIACIONES

No obstante, una fuente cercana al estancado proceso de paz entre Kabul y los talibanes y, citada de forma anónima por la agencia Pajhwok, señaló que se espera que las negociaciones se retomen en las próximas dos semanas, en un proceso en el que también participan tanto la vecina Pakistán como China y EEUU. Las gestiones de éstos estarían supuestamente logrando avances diplomáticos con los talibanes, que sin embargo continúan su ofensiva.

Pero por si los talibanes no fueran de por sí un enemigo complicado para el Ejecutivo de Kabul, el Estado Islámico (EI) busca reforzar su presencia en el este del extenso país centroasiático. A través de la radio, en un programa de hora y media llamado 'La voz del califato' y emitido en el idioma local pastún, los yihadistas tratan de reclutar jóvenes en el este del país. "Mucha de nuestra gente está desempleada y esta emisora animará a muchos de ellos a unirse a sus filas", indicó a la agencia de noticias Reuters el jefe del Concejo Provincial de Nangarhar, Ahmad Ali Hazrat. Quizá por eso el Gobierno de EEUU ha anunciado este domingo una contribución de 50 millones de dólares para la creación inmediata de puestos de trabajo. "Ahora el EI está a siete kilómetros de Jalalabad y, si el Gobierno no actúa pronto, ampliarán las emisiones y lograrán reclutar hasta en Kabul", agregó Hazrat.

Fuentes militares citadas por Reuters indicaron que algunos de sus miembros son antiguos combatientes talibanes desilusionados con su anterior movimiento. En cuanto a su número, el comandante de las tropas internacionales en Afganistán, John Campbell, lo estimó entre 1.000 y 3.000. Y alertó de su posible expansión si no se pone remedio.