GUERRA CIVIL EN SIRIA

Los rebeldes piden un alto el fuego inmediato en Alepo para evacuar a civiles y heridos

El Ejército de Asad toma el casco viejo y controla el 75% de la segunda ciudad siria

Residentes de la ciudad vieja de Alepo abandonan la zona tras la ofensiva del Ejército sirio, este miércoles.

Residentes de la ciudad vieja de Alepo abandonan la zona tras la ofensiva del Ejército sirio, este miércoles. / periodico

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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Los rebeldes sirios que resisten en la sitiada ciudad de Alepo han pedido este miércoles un “alto el fuego inmediato de cinco días” para poder evacuar a civiles y heridos bajo control de la ONU, pero no han dado indicios de que vayan a retirarse, como exigen el régimen del presidente Bashar el Asad y sus aliados rusos e iranís. La desesperada petición coincide con el fuerte empuje de las tropas de Asad, que en los últimos 10 días de ofensiva han pasado a controlar casi el 75% del territorio que hasta ahora estaba en manos de la oposición, que aglutina desde moderados hasta yihadistas.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, dirigido por un opositor residente en el Reino Unido y con numerosas fuentes sobre el terreno) ha certificado los avances del régimen en dos nuevos barrios, así como en la ciudadela de Alepo, Patrimonio Mundial de la Unesco ahora hecho pedazos. Los rebeldes resisten ahora en una zona del norte de la ciudad. Sin embargo, una fuente militar rebelde citada por Reuters ha asegurado que no toda la ciudad vieja está en manos de las tropas gubernamentales. Según esta fuente, ante la presión de los bombardeos del régimen, entre el martes y el miércoles, los rebeldes solo habrían optado por replegarse.

La agencia estatal de noticias Sana, mientras, ha destacado el progreso de las fuerzas de Damasco, que según su versión “restauraron la seguridad y la estabilidad en los barrios de Aghiour Bab al-Hadid”, facilitaron la evacuación de civiles y capturaron a “numerosos terroristas”. En cambio, según el OSDH, “docenas de cadáveres siguen en las calles del barrio de Shaar”, en el sur de la ciudad. Las operaciones militares impiden que los equipos de rescate retiren los cuerpos.

URGENCIA HUMANITARIA

En un comunicado conjunto, las distintas fuerzas insurgentes han reclamado el alto el fuego y propuesto “negociaciones sobre la ciudad una vez atendida la urgencia humanitaria”, que cifran en unos 500 heridos críticos. No han mencionado, sin embargo, la posible salida de miles de combatientes, condición exigida por Damasco y Moscú para aceptar la tregua. “La decisión de liberar toda Siria está tomada y Alepo es parte de ella”, ha declarado desafiante Asad en una entrevista citada por la televisión Al-Mayadeen, próxima al presidente, que ha calificado a Alepo como “la última esperanza” de los rebeldes y sus aliados.

Los voluntarios de la Defensa Civil Siria (conocidos como los ‘Cascos Blancos’) han asegurado a través de Twitter que, solo este martes, al menos 32 personas perdieron la vida y más de 200 resultados heridas en bombardeos del Gobierno. La misma fuente indicó que se habían producido más de 150 bombardeos sobre el Alepo rebelde con cientos de proyectiles.

CONDENA OCCIDENTAL

Por su parte, seis países occidentales (Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá y EEUU) han emitido un comunicado en el que urgen el inmediato alto el fuego en Alepo, al tiempo que han señalado a Rusia como principal obstáculo para frenar la masacre. “Condenamos las acciones del régimen sirio y sus aliados extranjeros, en particular Rusia, por su obstrucción a la ayuda humanitaria”, señala el texto.

Tanto Rusia como China vetaron el pasado lunes una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, copresentada por España, reclamando un alto el fuego de una semana. Moscú argumentó que los rebeldes utilizaron pausas similares en el pasado para reforzarse.

La victoria de Asad sobre Alepo -cuna de la revolución, la ciudad más poblada antes de la guerra e importante centro industrial- sería de gran importancia estratégica y moral para Damasco. Unas 100.000 personas continúan atrapadas en el menguante territorio controlado por los rebeldes, del que en la última semana huyeron más de 30.000, desesperados ante la escasez de agua, alimentos y medicinas.