TRANSICIÓN CONVULSA EN UN PAíS ÁRABE

El Ejército se afianza en Egipto con nuevos poderes

Los dos candidatos presidenciales se proclaman ganadores de los comicios

Simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, ayer en Tahrir.

Simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, ayer en Tahrir.

LAURA MILLÁN
EL CAIRO

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El Ejército blindó ayer su cuota de poder en un Egipto que todavía no conoce el nombre del futuro presidente, puesto que los dos contrincantes se atribuyen la victoria. Tanto el último primer ministro de Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq, como el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, se autoproclamaron ayer vencedores de los comicios del fin de semana. A falta de los resultados definitivos, que se harán públicos el jueves, los datos disponibles publicados por el periódico oficial Al Ahramdan la victoria a Mursi con un ajustado 51,8%.

El candidato islamista anunció ayer que aventajaba a Shafiq en cuatro puntos porcentuales. Pero su contrincante no tardó en condenar estas declaraciones y asegurar que era él quien lideraba el recuento con un 52% de los votos. «La campaña de Mursi está publicando noticias falsas sobre la victoria», aseguró el portavoz de Shafiq, Ahmed Sharhan, que acusó a sus rivales de haber cometido «irregularidades masivas» en el proceso electoral.

CONCENTRACIÓN EN TAHRIR/ A pesar de que los resultados oficiales tardarán en saberse, ayer centenares de partidarios de Mursi desfilaron hacia la plaza Tahrir de El Cairo, dando por hecha la victoria del candidato.

La jornada poselectoral estuvo marcada también por la declaración constitucional de la Junta Militar, en la que el Ejército concreta los detalles de un plan que define el poder del futuro presidente y afianza el control de las Fuerzas Armadas sobre Egipto. Así, el sucesor de Mubarak podrá nombrar al primer ministro y a su Gobierno. También convocará las elecciones parlamentarias y tendrá la última palabra sobre las leyes que salgan del Parlamento.

Pero la Junta Militar sigue reservándose el poder legislativo hasta la elección de un nuevo Parlamento, antes de finales de año. El Parlamento, dominado por las fuerzas islamistas, fue disuelto el pasado jueves por el Tribunal Supremo Constitucional por irregularidades en su formación.

El documento de la Junta fija que el presupuesto militar seguirá siendo secreto y deja la puerta abierta a que el Ejército redacte la Constitución si los partidos no se ponen de acuerdo en un plazo de una semana. La Junta Militar blinda así su poder ante cualquier intento por parte del futuro presidente de recortar la influencia que ha ejercido sobre Egipto en las últimas seis décadas.