REPRESIÓN POLÍTICA EN EL CAIRO

Egipto excarcela y deporta a un periodista de Al Jazira

Peter Greste ha estado 400 días entre rejas por «difundir noticias falsas»

Peter Greste, en una jaula durante su juicio, el 5 de marzo en El Cairo.

Peter Greste, en una jaula durante su juicio, el 5 de marzo en El Cairo.

ANA ALBA / JERUSALÉN

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La pesadilla se ha acabado para el periodista australiano Peter Greste, de la cadena de televisión catarí Al Jazira. Tras 400 días entre rejas en una cárcel de El Cairo, las autoridades egipcias lo deportaron ayer a Australia. Greste fue detenido junto a dos compañeros egipcios el 29 de diciembre del 2013 en un hotel de El Cairo y lo encarcelaron por «difundir noticias falsas, dañar la imagen de Egipto y colaborar con los Hermanos Musulmanes», según la justicia egipcia.

Fuentes del aeropuerto de El Cairo indicaron a la cadena británica BBC que Greste había abandonado la capital egipcia en un avión de Egyptair con destino a Chipre a las cuatro de la tarde, en compañía de su hermano Andrew. El Cairo no facilitó ninguna información sobre los reporteros egipcios condenados con Greste, Mohamed Fahmi (con pasaporte canadiense) y Baher Mohamed. No obstante, algunos medios indicaron que Fahmi podría ser deportado pronto a Canadá.

Los acusados negaron los cargos que se les imputaban y afirmaron que su juicio fue una farsa, pero el pasado junio, Greste y Fahmi fueron sentenciados a siete años de cárcel y Mohamed, a diez.

La justicia egipcia, que el 1 de enero ordenó repetir el juicio, también acusó a los imputados de colaborar con los Hermanos Musulmanes, grupo declarado terrorista tras la destitución del presidente islamista Mohamed Mursi por un golpe militar en julio del 2013. El actual jefe de Estado egipcio, Abdelfatá al Sisi --líder de ese golpe-- estudió la posibilidad de emitir un indulto presidencial, pero dijo que no lo haría hasta que se completara el juicio.

NUEVA LEY

En noviembre se aprobó una ley en Egipto que permite expulsar a sus países a los extranjeros que estén siendo juzgados. La ley requiere que los deportados bajo estas circunstancias terminen la condena en su país de origen o se les juzgue otra vez allí. Pero se desconocen los términos pactados entre Australia y Egipto.

La familia de Greste, cuyos padres encabezaron una campaña por su liberación, estaba ayer «eufórica porque Peter ha sido liberado». «Pedimos al mundo si puede respetar su privacidad para que tenga tiempo de apreciar su libertad antes de enfrentarse a los medios», señaló Andrew Greste en un comunicado.

El director general interino de Al Jazira, Mostafa Suag, expresó su «satisfacción» por la deportación de Greste, pero aseguró que Al Jazira no descansará «hasta que Fahmi y Mohamed también consigan su libertad». «Las autoridades egipcias tienen en su poder acabar esto de forma correcta y es exactamente lo que tienen que hacer», afirmó.

El Gobierno australiano pidió de forma reiterada a Egipto que retirara los cargos contra Greste y lo liberara y numerosas oenegés criticaron los arrestos de los tres periodistas.

El caso tiene que ver con las malas relaciones entre El Cairo y Catar, país al que pertenece Al Jazira y que apoyó a Mursi. Una cierta distensión de las relaciones entre El Cairo y Doha en los últimos meses ha podido favorecer la liberación de Greste.