lucha contra el terror

EEUU trató sin éxito de rescatar al reportero asesinado por los yihadistas

Las fuerzas especiales no encontraron ni a James Foley ni a otros rehenes

El fotoperiodista James Foley, en una imagen del 2011 en Sirte (Libia).

El fotoperiodista James Foley, en una imagen del 2011 en Sirte (Libia).

RICARDO MIR DE FRANCIA / Washington

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Las fuerzas especiales de Estados Unidos lanzaron a principios de este verano una operación secreta en Siria para tratar de rescatar a varios rehenes norteamericanos retenidos por los yihadistas de Estado Islámico, entre ellos el fotoperiodista brutalmente decapitado, James Foley. La misión nocturna se llevó a cabo en una refinería del norte del país, pero después de que dos docenas de comandos Delta Force se enfrentaran a varios milicianos sin sufrir bajas se dieron cuenta de que no había allí nadie a quien rescatar. La inteligencia estadounidense tiene una reputación que intimida, pero su historia esta plagada de fracasos. Ninguno tan flagrante como el caso de las armas de destrucción masiva en Irak. "El Gobierno de EEUU tenía lo que creíamos que era suficiente información de inteligencia y, cuando la oportunidad se presentó, el presidente autorizó al departamento de Defensa para que se moviera agresivamente para recuperar a nuestros ciudadanos", explicó ayer (madrugada en España) la asesora jefe en temas de terrorismo, Lisa Monaco. "Lamentablemente, al final la operación no tuvo éxito porque los rehenes no estaban". 

La decisión de lanzar la operación se tomó, según el 'Washington Post', después de que la inteligencia entrevistara a "seis rehenes europeos" liberados por los yihadistas durante la primavera, "dos españoles y cuatro franceses". Tres españoles, incluido el corresponsal de guerra de EL PERIÓDICO, Marc Marginedas, fueron liberados en marzo. La Administración temía que el tiempo se estuviera acabando.

La misión

La misión se lanzó de noche en las inmediaciones de Raqqa, la autodeclarada capital de Estado Islámico, situada en el noreste de Siria. Varios helicópteros Black Hawk transportaron a los comandos. En el choque con los yihadistas murieron "varios terroristas" y un soldado resultó levemente herido. Pero no había nadie cuando consiguieron entrar en la instalación donde debían estar los rehenes, un número que la Administración no ha confirmado, aunque se sabe que hay al menos cuatro periodistas, sin contar al fallecido James Foley, desaparecidos en Siria.

Uno de ellos, el freelance Steven Sotloff aparecía en el vídeo de Foley, junto a un mensaje de su captor donde amenazaba con matarlo en función de las próximas decisiones de Obama. "No sabemos porqué los movieron", dijo una fuente del Pentágono al 'New York Times', añadiendo que puede que llegaran "unas horas tarde, quizás un día o dos".

Británicos en Estado Islámico

Según el portal Global Post, el medio con el que colaboraba Foley cuando fue capturado, el reportero estuvo retenido junto al menos una docena de rehenes, incluidos otros periodistas occidentales, en el este de Siria. La instalación, añadía, estaba controlada por miembros británicos de Estado Islámico, lo que podría explicar las sospechas sobre el acento del verdugo de Foley.

La Administración Obama ha justificado la decisión de hacer pública la fallida operación de rescate porque varios medios se disponían a publicar detalles sobre ella. (A menudo la Casa Blanca logra retrasar la publicación de ciertas informaciones apelando a la seguridad nacional). Pero la revelación no ha gustado nada en algunos cuadros del Pentágono, conscientes de que no solo se ha aireado el lugar del que EEUU sospechaba sino también los detalles operativos de la misión. "Esto solo hace nuestro trabajo más difícil. Estoy muy decepcionado por la revelación. Una segunda operación será mucho más dificil", dijo una fuente de Defensa al 'New York Times'.