EEUU dice que el ataque al hospital de Médicos Sin Fronteras en Afganistán no fue crimen de guerra

El hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz, atendiendo heridos, en una foto tomada días atrás.

El hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz, atendiendo heridos, en una foto tomada días atrás.

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Siete meses después de que Estados Unidos arrasara en un ataque aéreo el 3 de octubre el hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en Kunduz (Afganistán), dejando 42 muertos y 43 heridos, el Pentágono ha determinado que no se trató de un crimen de guerra. Tras una revisión interna del incidente se ha llegado a la conclusión de que el ataque "no fue premeditado" sino "consecuencia de una combinación de errores humanos y técnicos", según ha explicado en una rueda de prensa en Washington el general Joseph Votel, que dirige el Comando Central. Y aunque se han impuesto sanciones leves a 16 militares involucrados no se presentarán cargos criminales y se tratará solo de "acciones administrativas".

La decisión resulta claramente insatisfactoria para MSF, que desde el principio ha reclamado una investigación independiente del "brutal ataque", y otras organizaciones como Amnistía internacional o Human Rights Watch se han unido también a esa reclamación y a la crítica del proceso y de sus conclusiones. "El umbral que este incidente mortal debe pasar para representar una violación grave de derecho humanitario internacional no es si fue intencional o no", ha cuestionado en un comunicado Meinie Nicolai, presidenta de MSF, que también ha denostado las sanciones disciplinarias por no ser proporcionales con la destrucción y pérdida de vida causadas.

CONFUSIÓN CON LOS TALIBANES

Según Votel, la tripulación del avión AC-130 que abrió fuego sobre el hospital lo confundió con una posición de talibanes y "no sabían que estaban atacando una instalación médica". Su relato de los hechos es que el avión fue atacado con un misil tierra-aire y entonces recibió del personal militar en tierra coordenadas incorrectas sobre la fuente de ese ataque. Tampoco se informó a la tripulación de las "áreas exentas de ataque" que incluían instalaciones protegidas como el hospital.

A partir de entonces empezaron varias rondas de fuego desde el avión sobre el centro médico, en concreto 211, que duraron 30 minutos. La investigación ha confirmado que la ONG contactó minutos después del primero a un enlace militar, pero según Votel se tardaron "unos momentos" en que las llamadas pasaran los filtros de la cadena de mando. 

La revisión interna de lo ocurrido ha concluido también que nunca se disparó desde el hospital y que en las instalaciones no había combatientes armados, algo que Médicos Sin Fronteras ha defendido desde el primer momento pero que han puesto en duda autoridades de Afganistán. También queda claro que EEUU dio inicialmente versiones falsas sobre lo ocurrido. Llegaron a decir que fueron los aliados afganos quienes les pidieron apoyo y no fue hasta finales de noviembre cuando reconocieron su "error"