EL CONFLICTO POR EL PROGRAMA ATÓMICO IRANÍ

EEUU e Irán negocian a contrarreloj

Teherán considera «inaceptable» congelar su programa nuclear 10 años

Kerry (a la izquierda) y Zarif, junto antes de sentarse a negociar, ayer

Kerry (a la izquierda) y Zarif, junto antes de sentarse a negociar, ayer

MONTSERRAT RADIGALES / BARCELONA

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Mientras en el agitado escenario de Washington el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, pronunciaba su discurso en el Congreso, en la ciudad suiza de Montreux, junto a las plácidas aguas del lago Léman, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y su homólogo iraní, Mohamed Javad Zarif, seguían este martes negociando sobre el programa nuclear.

Los dos dirigentes iniciaron el lunes y concluirán el miércoles la octava ronda en la que participan personalmente, en paralelo a los trabajos de los negociadores y expertos que continuarán las conversaciones.

Ambas partes se han fijado como plazo el 31 de marzo para lograr un acuerdo marco y el 30 de junio para un acuerdo global y definitivo. Irán y el grupo P5+1 de potencias internacionales (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania) ya alcanzaron en noviembre del 2013 un acuerdo interino (que entró en vigor el 20 de enero del 2014) de seis meses, que ha sido prorrogado en varias ocasiones a falta del acuerdo definitivo. Esto es lo que ahora quiere evitarse.

LOS PARÁMETROS

Aunque se ha filtrado poco del detalle de las negociaciones, los grandes parámetros son de sobra conocidos. Y el lunes el presidente de EEUU, Barack Obama, dio nuevas pistas en una entrevista. Obama se refirió a la necesidad de congelar -o sea, dejar en su estado actual- «y retroceder en algunos aspectos» el programa nuclear iraní por un período de años «de doble dígito»; o sea un mínimo de 10, y que sea verificable. También aseguró que el objetivo de EEUU es que «haya al menos un año entre que veamos que [los dirigentes iranís] deciden tener la bomba nuclear y que sean capaces de obtenerla». A cambio, Irán vería reconocido su derecho a enriquecer uranio para fines pacíficos y se le levantarían las sanciones.

Los críticos -que no se limitan a Netanyahu- afirman que eso dejaría a Irán a las puertas de convertirse en el futuro en un Estado nuclear.

Zarif calificó ayer de «inaceptable» el período de 10 años. «Irán no aceptará demandas excesivas e ilógicas», afirmó. En cualquier caso, todos los implicados coinciden en que las negociaciones nunca habían estado tan avanzadas.