El duro juicio de Valls

Manuel Valls abandonó la tribuna del Parque de los Príncipes el miércoles más contento que Nicolas Sarkozy. Culé el primero y seguidor del París Saint Germain el segundo, el fútbol no es la única metáfora de una curiosa rivalidad entre el primer ministro francés y el expresidente de la República.

Ambos se enzarzaron a diario en la reciente campaña electoral y los dos protagonizaron un duelo personal como si, más que los departamentos, fuera el Elíseo lo que estaba en juego.

Justo después del partido de la liga de Campeones que aupó al equipo blaugrana, Canal Plus emitió una entrevista con Valls grabada el fin de semana de Pascua. Un formato intimista en el que Michel Denisot, conductor del programa Conversación secreta, pasea con el primer ministro por los lugares que han marcado la vida personal y política del hijo del pintor catalán Xavier Valls.

Una oportunidad para lanzar nueva munición contra el líder de los conservadores y sus aspiraciones presidenciales. Le bastó la mención de un episodio en el que Nicolas Sarkozy dijo que su primer ministro (François Fillon) era «un colaborador» porque «el jefe» era él para que Valls disparara a matar.

MÁS REPROCHES

«Fue un error, un error de interpretación sobre lo que son las instituciones y fue un acto de menosprecio hacia un hombre. Pero es Nicolas Sarkozy, él no quiere a la gente», dijo Valls. No fue el único reproche que le hizo.

A diferencia de lo que en opinión de Valls representa François Hollande, Sarkozy tiene «un permanente espíritu de revancha». «Y la revancha hacia los otros, los adversarios políticos pero sobre todo los franceses, es siempre una mala consejera», prosiguió.

Valls dejó clara su lealtad a Hollande y despejó dudas sobre sus aspiraciones elíseas. Aseguró que la nueva candidatura de Hollande a las presidenciales del 2017 «no sólo es natural sino necesaria».