La UE diseña un plan para evitar nuevas tragedias en el mar

Una integrante de   un equipo de rescate sostiene a un niño, en Pozzalo (Sicilia).

Una integrante de un equipo de rescate sostiene a un niño, en Pozzalo (Sicilia).

SILVIA MARTÍNEZ / ROSSEND DOMÈNECH / BRUSELAS / ROMA

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Los gobiernos de la Unión Europea (UE) coinciden en que luchar contra las redes que trafican con seres humanos, reforzar la misión de Frontex en el Mediterráneo y un programa de reasentamiento de refugiados son algunas de las claves para evitar que vuelvan a producirse tragedias como la del fin de semana. Algunas de estas ideas figuran en el plan de 10 puntos diseñado por la Comisión Europea y que será presentado el jueves a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en un nuevo Consejo Europeo extraordinario convocado por el presidente Donald Tusk.

«Son 10 medidas que pueden cambiar las cosas de inmediato. Todas ellas requieren de un esfuerzo común  de las instituciones europeas y de los 28 estados miembros. Remitiremos estas propuestas al Consejo Europeo que se reúne este jueves con carácter extraordinario», explicó la alta representante para la Política Exterior y de Seguridad, Federica Mogherini, sobre el borrador en el que trabajaron los 56 ministros de Exteriores y de Interior de la UE, reunidos con carácter de urgencia en Luxemburgo. «No espero ninguna solución rápida a las causas de raíz de la inmigración porque no las hay, pero confío en que la Comisión presente opciones para medidas inmediatas», indicó ayer Tusk.

En el paquete figuran desde el refuerzo de medios y el presupuesto de Frontex -cuenta con 90 millones de euros al año para todas sus misiones- hasta la destrucción de los barcos incautados a traficantes al estilo de lo que hace la misión Atalanta contra la piratería en Somalia así como el seguimiento a la financiación del tráfico de seres humanos, el envío de funcionarios europeos a delegaciones claves, como la de Níger, e impulsar la cooperación con los países del entorno de Libia, que todos coinciden es un Estado fallido sin control que hay estabilizar.

La propuesta también incluye la puesta en marcha de un programa piloto de reasentamiento de refugiados que permita un reparto más equilibrado -se habla de un primer programa de 5.000- y el tratamiento de las solicitudes en un máximo de dos meses, así como la puesta en marcha de otro programa de repatriación rápida para los inmigrantes irregulares coordinado por la agencia Frontex.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, tiene la intención de presentar ante varias instancias internacionales, incluida la ONU, un proyecto para atajar lo que denominó «los esclavistas del siglo XXI».

«Se tratará de intervenciones puntuales contra los traficantes», explicó con voz tajante y en un tono nunca oído en Roma. El mandatario se excusó asegurando que «una rueda de prensa no es el lugar para contar los detalles», pero aseguró: «Tenemos que interrumpir el tráfico de seres humanos, por lo que iremos a buscar a los traficantes y les cazaremos, ya que la prioridad es entregar estos criminales a la justicia».

«NUEVOS ESCLAVISTAS» / «Os ruego que toméis en serio nuestras palabras, porque estamos frente a nuevos esclavistas y no es una expresión para impresionar sino que debéis imaginar lo que sucedía tres o cuatro siglos atrás en África occidental», añadió el mandatario italiano.

Renzi excluyó que el proyecto consista en una intervención militar y las filtraciones oficiosas indican que se trataría de una operación de policía internacional, lo que significa que agentes europeos camuflados se infiltrarían en territorios hostiles a la caza de aquellos traficantes a los que cada emigrante paga a plazos, por todo el periplo desde su casa hasta Europa, unos 4.000 euros. Aproximadamente un millón de euros por patera o pesquero con al menos 300 personas.

El proyecto italiano comprende además el control de las fronteras de países vecinos de Libia, como Egipto, Sudán, Níger y Túnez, con los que ya hay negociaciones en curso, con centros de acogida cribados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y por el ACNUR, la agencia de la ONU para refugiados, que constituirían un filtro antes de embarcar hacia Europa.