ELECCIONES EN GRECIA

Aquí ya no hay miedo

Una mujer lee propaganda electoral de Nueva Democracia, en Atenas, el día 17.

Una mujer lee propaganda electoral de Nueva Democracia, en Atenas, el día 17.

MONTSERRAT RADIGALES / ATENAS (enviada especial)

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Desde que se anunció la convocatoria de elecciones anticipadas en Grecia todas las miradas están puestas en Syriza, la formación de izquierda radical favorita en los comicios de este domingo. Apartado del 'establishment' político --aunque desde el 2012 es la segunda fuerza del país y la primera de la oposición-- el partido de Alexis Tsipras es el blanco de una campaña que tiene como objetivo frenar su ascenso en las urnas tratando de inferir miedo en la población.

La estrategia del miedo es muy evidente en Atenas, donde la encabezan el Gobierno del primer ministro conservador, Andonis Samarás, y su partido, Nueva Democracia, al tiempo que tiene una poderosa caja de resonancia en una parte de los medios de comunicación griegos. Pero también se ejecuta, aunque de forma más sutil, desde BruselasBerlín y otras capitales europeas.

Sin embargo, contrariamente a lo que ocurrió en el 2012, no parece que ahora esta campaña haga mella en el electorado. Tras seis años de crisis --que se han llevado por delante el 30% de la economía del país y han hundido en la miseria a buena parte de la población-- da la impresión que a la mayoría de los griegos las amenazas de salir del euro o las advertencias de que Grecia será un desastre y no podrá volver a levantar la cabeza si gana Syriza, les entran por un oído y les salen por el otro.

«¿Qué más tenemos que perder ya? Mire, estamos haciendo cola para poder tener un plato de comida gratis», afirma Yannis, un exguitarrista de 60 años que espera la hora del reparto en un comedor social y que asegura que votará a Syriza.

INMUNIDAD

La campaña del miedo no es nueva. Hace tiempo que la formación de Tsipras viene siendo demonizada. «En las elecciones del 2012 fue un factor; el pánico es lo que ayudó a Nueva Democracia y sus socios del [socialdemócrata] Pasok llegar al poder. Capitalizaron el miedo. Pero, en mi opinión, lo que ocurre ahora es que, precisamente porque hace tanto tiempo que este discurso dura, se ha desgastado y ya no tiene el impacto que tuvo», señala a EL PERIÓDICO Nick Malkoutzis, director de la edición en inglés del diario 'Kathimerini'. «No todo el mundo, obviamente, pero creo que dos años y medio después, mucha gente se ha vuelto inmune», añade.

Irónicamente, la propia Syriza intenta capitalizar esta campaña, poniendo de manifiesto que lo único que pueden ofrecer sus oponentes es el miedo. «Independientemente de lo que yo piense de Syriza o deje de pensar, en eso tienen razón. Lo cierto es que el Gobierno ha sido incapaz de producir una narrativa convincente y ofrecer una visión de hacia donde quiere llevar a Grecia», subraya Malkoutzis.

Tampoco parece que los  mensajes en negativo y las advertencias lanzadas desde Bruselas o Berlín tengan un impacto en la ciudadanía griega. Incluso pueden resultar contraproducentes para quien los difunde. «Cada vez que [el ministro de Finanzas alemán Wolfgang] Schaüble abre la boca, le regala unos cuantos votos a Syriza», dijo a este diario un diplomático europeo en Atenas que pidió no ser identificado. «Hiere la dignidad de los griegos, y más viniendo de Alemania, que fue un país ocupante. En Grecia aún hay miles de personas que recuerdan las masacres. Es una cuestión sensible», añadió.

Malkoutzis coincide en el diagnóstico: «Cuando un mandatario europeo sale diciendo  lo que tienen que votar los griegos, la gente aquí apaga la televisión».